ALEMANIA

Una obispo con alguna copa de más

Margot Kässman era una admirada prelado de la Iglesia Evangélica, hasta que el sábado triplicó la tasa de alcoholemia permitida mientras conducía su coche.

Hasta el sábado, la obispo de Hannover, Margot Kässman, era dueña de una autoridad moral que la convirtió en una mujer respetada y admirada para unos 25 millones de fieles de la Iglesia Evangelica alemana, pero también por más de un político. Pero esa noche, la obispo, que también es presidenta del Consejo de la Iglesia Evangélica, cometió un pecado de lesa humanidad que la convirtió en protagonista de un inédito escándalo mediático y legal. Cuando conducía su coche oficial, un lujoso Volskswagen Phaeton, fue detenida por la Policía tras saltarse un semáforo en rojo. Para sorpresa de los agentes, del interior del vehículo emergió un olor inconfundible.


El control de alcoholemia reveló una tasa de 1,3 miligramos de alcohol en la sangre, cuando el máximo permitido es de 0,5. La patrulla retiró de inmediato la licencia de conducir y llevaron a la obispo a una comisaría donde le fue realizada una prueba de sangre. "Solo he bebido una copa de vino", se disculpó Kässman. Pero ayer la fiscalía de Hannover reveló que su nivel de alcohol era de 1,54 miligramos, que la convierte casi en una delincuente y que la obligará a dar explicaciones a un juez.

"Estoy asustada de mí misma por haber cometido un error tan grave", dijo la obispo, citada por el diario 'Bidl'. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es conducir bajo los efectos del alcohol. Por supuesto que asumiré las consecuencias legales", añadió. Con ese nivel, deberá renunciar a su carné de conducir un año y pagar una multa de un salario mensual.