CORBATO, EN LA ISLA DE MINDANAO, AL SUR DE FILIPINAS

Un atentado de Filipinas deja cinco muertos y 35 heridos

Un total de cinco muertos, entre ellos un niño de tres años, y 35 personas han resultado heridas en el atentado que ha tenido lugar en la isla de Mindanao, al sur de Filipinas. La autoría de los hechos ha sido atribuida a los rebeldes musulmanes por el modus operandi.

Un policía recoge las pruebas en el lugar donde se ha registrado la explosión
Un atentado de Filipinas deja cinco muertos y 35 heridos
EFE. Mark Navales

Cinco personas han muerto y otras 35 han resultado heridas en el atentado ocurrido esta mañana ante la catedral de la ciudad de Cotabato, en la isla de Mindanao, situada al sur de Filipinas, según ha informado un portavoz militar, Jonathan Ponce.

 

Una vendedora de cerdo asado ha muerto en el acto, mientras que otras cuatro personas, entre ellas un militar y un niño de tres años, han muerto mientras eran trasladados al un hospital cercano. Entre los heridos hay otros cinco militares, ha explicado Ponce.


El atentado, que ha sucedido durante la celebración de la Misa dominical, ha sido atribuido por las autoridades a los rebeldes musulmanes. Un camión militar pasaba junto al edificio en el momento de la detonación. "Es el modus operandi de miembros escindidos del Frente Moro Islámico de Liberación (FMIL)", ha afirmado Ponce. "Los rebeldes están cada vez más desesperados y ya no eligen a sus objetivos. Ahora atacan incluso los lugares de oración", ha apuntillado. 


Testigos presenciales han asegurado que el obispo acababa de terminar de leer el Evangelio y se disponía a iniciar su homilía cuando ocurrió la explosión. "Fue una potente explosión, como si la catedral fuera a derrumbarse", ha indicado una feligresa, Merly Sandoval. "Fue como un trueno potente y aterrador. La gente se apiñó en el altar mientras fuera todo el mundo gritaba y había sangre en el suelo", ha apuntado.


Ponce ha indicado que la bomba era un mecanismo muy simple, compuesto de un proyectil de mortero y activado a distancia con un teléfono móvil.

 

El FMIL, por su parte, ha desmentido cualquier implicación en el incidente a través de un alto responsable del grupo, Mohaqher Iqbal. "¿Quién busca un conflicto entre cristianos y musulmanes?", ha cuestionado Iqbal en un mensaje de texto a la agencia Reuters. "No hay ningún conflicto religioso en el sur. Combatimos por el derecho a la autodeterminación. Sólo defendemos a nuestra gente, nuestras comunidades", ha afirmado dijo.


Sin embargo, grupos escindidos del FMIL han estado atacando al Ejército desde el pasado mes de agosto, cuando se puso fin a los contactos entre el Gobierno y el FMIL para incrementar las competencias de la región autónoma de mayoría musulmana de Mindanao. Desde entonces han muerto casi 600 personas, civiles en su mayor parte.