TERRORISMO

Un atentado con bomba deja 35 muertos en la India

El Gobierno atribuye el ataque a un autobús de línea a la guerrilla maoísta, que sabía que viajaban policías.

Treinta y cinco personas, entre civiles y policías, murieron ayer al explotar una bomba al paso de un autobús de línea en el estado indio de Chhattisgarh (centro-este), un ataque que el Gobierno atribuyó a la guerrilla maoísta.

Según explicó a una fuente policial, la voladura del vehículo tuvo lugar a las 16.00 en el distrito de Dantewada, el mismo donde los maoístas mataron a 76 miembros de las fuerzas de seguridad el pasado 6 de abril.

El autobús, privado, saltó unos seis metros en el aire y volcó por el impacto de la explosión, que ocurrió a unos nueve kilómetros de la ciudad de Sukma y dejó, según testigos citados por la agencia IANS, un cráter de tres metros de profundidad.

En el vehículo viajaban unos 50 pasajeros, entre civiles, policías locales y "oficiales especiales de Policía (SPO)", en realidad un cuerpo de aldeanos al servicio del Gobierno que combate a los maoístas, quienes volvían de una operación. El jefe del Gobierno regional de Chhatisgarh, Raman Singh, afirmó que los fallecidos eran 35, entre ellos 20 o 25 SPO, aunque el Ministerio indio del Interior afirmó sin embargo que la mayoría de las víctimas eran civiles.

"La muerte de civiles inocentes debe ser condenada por todas las personas de pensamiento recto", dijo a los medios el secretario indio del Interior, G. K. Pillai, quien añadió que se trasladó a siete personas al hospital en estado grave.

La bomba fue activada por control remoto, pero había sido colocada días antes, según una fuente oficial citada por PTI que afirmó que los maoístas disponían de información sobre la presencia de los SPO en el autobús de línea finalmente atacado.

De acuerdo con esa fuente, los maoístas usaron una táctica aprendida de la guerrilla tamil de Sri Lanka: para evitar sospechas, excavaron un túnel a ambos lados de la carretera hasta alcanzar el pavimento por debajo, y allí situaron el artefacto explosivo.

Los maoístas cuentan con una sólida implantación en Dantewada, su gran bastión, donde el pasado 6 de abril ejecutaron la operación más sangrienta de su historia, una emboscada que acabó con las vidas de 76 miembros de las fuerzas de seguridad.