EE.UU.

Un alto cargo de la Administración Bush confirma que hubo torturas en Guantánamo

Susan Crawford, una jueza retirada que trabaja para el Gabinete de Bush, ha concluido que los militares torturaron a un ciudadano saudí acusado de participar en los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Las técnicas utilizadas estaban todas autorizadas, pero el modo en que se aplicaron fue harto agresiva y demasiado persistente", señala.

Una jueza del Pentágono encargada de supervisar el trato a los presos en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba) ha concluido que los militares torturaron a un ciudadano saudí acusado de participar en los atentados del 11 de septiembre de 2001, según publica este miércoles el 'Washington Post'.


"Nosotros torturamos a (Mohamed al) Qahtani", dijo Susan Crawford en una entrevista para el periódico. "Su trato coincide con la definición legal de tortura y es por ello que no remití el caso" a los tribunales. Durante los interrogatorios se utilizaron técnicas que incluían aislamientos prolongados, privación del sueño, desnudez y largas exposiciones al frío, dejando al preso en "condiciones peligrosas para la vida", describe el 'Post'.


Susan Crawford, una jueza retirada que también trabajó para la Administración Reagan, es la primera alta responsable de la Administración Bush encargada de la revisión de las prácticas llevadas a cabo en Guantánamo que públicamente expone que un preso fue torturado.


Crawford declaró que la combinación de las técnicas de interrogación, su duración y el impacto sobre la salud de Qahtani le condujeron a su conclusión. "Las técnicas utilizadas estaban todas autorizadas, pero el modo en que se aplicaron fue harto agresiva y demasiado persistente (...) Supuso un impacto médico que me impulsó" a llamarlo tortura, dijo la jueza al diario.


Estados Unidos negó la entrada de Qahtani un mes antes del atentado del 11-S, cuando supuestamente planeaba ser uno de los secuestradores de los aviones. Posteriormente fue capturado en Afganistán y llevado a Guantánamo en enero de 2002. Su interrogatorio duró alrededor de 50 días entre noviembre de 2002 y enero de 2003, aunque estuvo aislado hasta abril de 2003. "Durante 160 días sólo tuvos contacto con los investigadores", apuntó Crawford, quien personalmente revisó los vídeos de los interrogatorios y otros documentos militares.


El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, explicó en un correo electrónico al 'Post' que la Agencia revisó el interrogatorio de Qahtani para concluir que los métodos de Guantánamo, incluidas las técnicas especiales usadas sobre Qahtani en 2002, fueron legítimos en ese momento. 


Obama y Bush

 

Crawford desestimó los cargos de crímenes de guerra contra Qahtani en mayo de 2008 pero él continúa en Guantánamo. La jueza argumentó que el preso es peligroso y que ella no está segura de decir: "Déjenle salir".


Esa es una decisión, apuntó la jueza, que debe tomar el próximo presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Obama repitió el pasado domingo que su intención es cerrar la base de Guantánamo pero admitió los desafíos que supone. "Es más complicado de lo que la gente cree", expresó Obama en el programa 'This week' de la cadena ABC. "Y vamos a conseguirlo, pero parte de este reto es que hay un grupo de gente que ha sido detenida, muchos de ellos quizá muy peligrosos, quienes no han tenido un juicio o no se les han presentado cargos. Incluso alguna de las pruebas contra ellos podrían estar contaminadas, aunque sean verdaderas", añadió.


Por su parte, el presidente saliente, George W. Bush, y el vicepresidente, Dick Cheney, dijeron que en los interrogatorios nunca hubo torturas. "Estados Unidos no tortura. Está en contra de nuestras leyes y es algo en contra de nuestros valores", afirmó Bush el 6 de septiembre de 2006, cuando 14 presos fueron transportados a Guantánamo desde prisiones secretas de la CIA. En una entrevista al 'Weekly Standard', Cheney declaró: "Pienso en el ala izquierda del partido Demócrata y creo que hay personas que creen que nosotros realmente torturamos".


Crawford comentó en el periódico que Bush acertó al crear un sistema para capturar combatientes enemigos ilegales en la guerra contra el terrorismo. Pero, dijo la jueza, su puesta en marcha fue un error.