ENERGÍA

Trece países impulsan un gasoducto para acabar con el dominio energético ruso

Delegaciones de trece países y distintas instituciones internacionales aprobaron en Budapest (Hungría) impulsar la construcción del gasoducto Nabucco, que cuenta con el respaldo financiero de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que abastecerá de gas a Europa desde el Mar Caspio y Oriente Medio para limitar la dependencia de Rusia y frente con eficacia a crisis gasísticas como la que estalló recientemente entre este país y Ucrania, que dejó a una veintena de países del Viejo Continente sin esa preciada materia prima y que obligó a Bruselas a intensificar las conversaciones sobre la construcción de una ruta alternativa de suministro de gas a Europa.


El gasoducto Nabucco tendrá una longitud de 3.300 kilómetros y un coste que varía entre los 8.000 y 10.000 millones de dólares.


Unirá el Mar Caspio con Europa a través de Georgia y Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria. La capacidad de bombeo de gas será de 31.000 millones de metros cúbicos al año a partir de 2013, cuando estén acabadas las obras.


En la cumbre de Budapest participaron delegaciones de Estados Unidos y de países europeos que son grandes consumidores de gas ruso como Hungría, Bulgaria, Rumanía, Turquía, Austria y Alemania, así como los Estados que abastecerán de esta materia prima al Viejo Continente a través del gasoducto Nabucco, como las ex repúblicas soviéticas de Azerbaiyán, Turkmenistán y Georgia e Iraq, aunque las autoridades de este país todavía no han dado el visto bueno al proyecto.


También estuvieron presentes en la cumbre el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs; representantes del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que es el principal promotor y agente financiero del gasoducto; del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), y de empresas que participarán en el proyecto como la alemana RWE, la austriaca OMV, la turca BOTAS y las compañías húngara, rumana y búlgara MOL Nyrt, Transgas y Bulgargaz, respectivamente.


Gas de Azerbaiyán


El jefe de Gobierno búlgaro, el socialista Serguei Stanishev, hizo saber que su país importará gas de Azerbaiyán a partir del año 2010. "La crisis gasística que hemos vivido nos ha obligado a impulsar este proyecto", explicó. Bulgaria es el país de la UE que más directamente ha sufrido el impacto del conflicto del gas entre Rusia y Ucrania, tanto desde el punto de vista económico (unos 250 millones de euros de pérdidas) como social.


Según reza en el documento del acuerdo firmado entre ambos países, "el primer ministro búlgaro, Serguei Stanishev, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, se han puesto de acuerdo para que las compañías de los dos países inicien la semana próxima las negociaciones para el suministro anual de mil millones de metros cúbicos de gas". Las conversaciones se llevarán a cabo entre la empresa búlgara Bulgargaz y el operador gasístico azerbayaní SOCAR.


El jefe de Estado de Azerbaiyán confirmó que en 2010 su país dispondrá de cantidades adicionales de gas natural para suministrar a Bulgaria pero también a otros países que lo necesiten. La delegación de Bulgaria apostó por el respaldo de Hungría para los proyectos gasísticos que sean subvencionados con recursos de la UE. Stanishev explicó que Sofía y Budapest se pusieron de acuerdo para "coordinar esfuerzos" a favor de la edificación de enlaces de gas internos entre los países miembros de la UE.


Stanishev también acordó con su homólogo checo Mirek Topolanek la construcción de una terminal para gas licuado en las afueras de la ciudad griega de Kavala y su enlazamiento con Bulgaria.


Topolanek, cuyo país asume la presidencia semestral de la UE, se mostró convencido de que Europa "conjugará todos los esfuerzos para el cumplimiento" de las obras del gasoducto Nabucco. El primer ministro socialista de Hungría, Ferenc Gyurcsány, propuso que los países de la UE afectados por la crisis del gas pidan una indemnización a las empresas que cortaron el suministro.


Mientras, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durão Barroso y el jefe de Estado de Ucrania, Viktor Yúshenko, anunciaron en Bruselas que estrecharán su cooperación para evitar que la crisis del gas vuelva a afectar con dureza al Viejo Continente, especialmente a los países más vulnerables del antiguo bloque socialista.


Según Barroso, la UE está dispuesta a facilitar el acceso a Ucrania al acuerdo energético comunitario y apoya la celebración de una conferencia el 23 de marzo en Bruselas para estudiar fórmulas que permitan mejorar el tránsito de gas ruso por territorio ucraniano.