ESCRITOR Y CINEASTA ANGLOPAKISTANÍ

Tariq Ali: «Oriente Próximo tiene petróleo para dar una educación de calidad»

Presentó en Zaragoza su último libro, 'El síndrome Obama', en el centro social librería La Pantera Rossa, en un acto organizado junto con la Universidad Nómada.

Tariq Ali, en el centro social librería La Pantera Rossa, esta semana en Zaragoza.
Tariq Ali: «Oriente Próximo tiene petróleo para dar una educación de calidad»
ARáNZAZU NAVARRO

Una «experiencia maravillosa». Así vive Tariq Ali las revueltas populares en muchos países árabes y que han provocado la caída de Ben Alí en Túnez y de Hosni Mubarak en Egipto. El escritor y cineasta anglopakistaní recaló hace días en Zaragoza para presentar su libro, 'El síndrome Obama'. Políticamente se dio a conocer por su postura contra la guerra de Vietnam.


Usted considera que la caída de Hosni Mubarak en Egipto ha sido «una gran derrota» para EE. UU.


Sí. Es un dictador que llevaba 30 años en el poder. Estaba apoyado por EE. UU. y la UE y hasta el último minuto la canciller Angela Merkel dijo que no deberíamos permitir que se marchara.


La revuelta popular le pilló con el pie cambiado a Estados Unidos.


Las revueltas en Túnez tomaron por sorpresa tanto a franceses como estadounidenses. Después de que cayera el dictador tunecino no pensaron que el movimiento fuera a extenderse tan rápidamente a Egipto, Argelia, Jordania y Yemen. Están nerviosos.


¿Qué perspectiva se le abre a los estadounidenses? ¿Qué papel van a jugar ahora en Oriente Próximo?


Tienen que intentar trabajar con la nueva gente. No tiene sentido la histeria en Occidente sobre la posibilidad de la victoria de los Hermanos Musulmanes en Egipto. Equivalen a los cristianodemócratas europeos, lo único que son musulmanes. Son como los islamistas en Turquía. Estados Unidos tendrá que hacer un trato con los Hermanos y funcionará. Pero hay un nuevo elemento, las movilizaciones de los jóvenes. Todavía no sabemos cómo secanalizará esa energía.


¿A quién le interesa agitar el miedo al islamismo?


A las elites de Europa. Desde el 11-S la islamofobia ha crecido y es muy fuerte aquí. Lo que asusta es que esta islamofobia no está relacionada con el terrorismo árabe, sino con la presencia de 20 a 24 millones de inmigrantes musulmanes en Europa. Y con el paro subiendo por la crisis, lo que hacen las elites es culpabilizar a la parte de la sociedad más débil, especialmente si son extranjeros.


¿Es realmente el islamismo radical un amenaza?


No. Es un grupo pequeño de gente. Tienen incluso menor apoyo popular que organizaciones como el IRA y ETA, que sí que tuvieron durante unos años mucho respaldo. Esta amenaza se desvanecería si EE. UU. dejara de ocupar territorios en esta parte del mundo.


Parece poco probable a corto y medio plazo, ¿no?


Desde luego parece que no.


Usted afirma en su libro que Obama actúa como otro guardián del imperio estadounidense.


Así lo pienso. Su prioridad, la de él y la de los otros presidentes estadounidenses, es defender el poder imperial. Y los europeos también lo hicieron cuando eran imperialistas. Contemplan sus intereses particulares, imperialistas, como los intereses de todo el mundo.


¿Cree que puede haber democracias islámicas? ¿Por qué hay tanto recelo en Occidente?


Porque no se acomodan a nuestros intereses. Prefieren tener dictadores en países que tienen mucho petróleo. Irán era un país democrático en los años cincuenta y acordaron las naciones occidentales destruir esa democracia. ¿Quién ayuda a que el rey de Arabia Saudí continúe en el trono? Primero el imperio británico y ahora, el americano. Y no es que la población de los países árabes no quieran democracia. Las elites, que son apoyadas por el mundo occidental, no permiten que se desarrolle.


Sin embargo, las revueltas populares están evidenciando que esos regímenes dictatoriales no sirven.


Tener una dictadura durante 30 años es muy largo y demuestra que no ha funcionado. Españoles y portugueses deberían ser capaces de entender esto después de todo el tiempo que costó que la democracia volviera a España tras la Guerra Civil.


¿Sacará lecciones de ello la comunidad internacional?


Creo que la caída de Mubarak sí que les va a hacer pensar seriamente e intentarán hacer en el mundo árabe lo que sí se ha hecho en Europa y en América, apoyando a esos partidos para que puedan ganar las elecciones. Pero no va a ser fácil porque el hecho de que provenga de un movimiento de masas lo hace difícil y provoca unas dinámicas diferentes. La democracia en el mundo árabe es nueva; sin embargo, la de EE. UU. y Europa está en un proceso de decadencia.


¿Con qué democracia sueña para Oriente Próximo?


Tiene suficiente petróleo para dar a toda la población de estos países una educación de un alto nivel y gratuita. Tiene suficiente poder económico como para proveerles de cuidados sanitarios de calidad y comida. Un gobierno democrático lo haría. No soy solo yo el que desea y sueña con eso, sino todo el mundo árabe. Los levantamientos son muy importantes porque demuestran que la gente unida puede lograr cosas importantes.