FRANCIA

Sarkozy habría recibido dinero de la heredera de L'Oreal para financiar su campaña electoral

El presidente francés tacha de "calumnia" la declaración de la ex contable de la empresa, que dijo haber dado 150.000 euros a la UMP.

La acusación de financiación política a favor de Nicolas Sarkozy por la heredera de L'Oréal, Liliane Bettencourt, que el presidente francés tachó ayer de "calumnia", le obliga a preparar rápidamente una respuesta, con la presión de una remodelación gubernamental que había anunciado para octubre.

Sarkozy no quiso modificar su agenda pese a las revelaciones al periódico digital 'Médiapart' de la antigua contable de Bettencourt, Claire Thibout, tras ser interrogada por la policía, a la que dijo que la heredera de L'Oréal entregó 150.000 euros en marzo de 2007 para la campaña a los comicios en los cuales resultó elegido el actual jefe del Estado, lo que de ser cierto sería ilegal.

Thibout señaló que fue a retirar al banco 50.000 euros, a los que se añadieron otros 100.000 de cuentas suizas de Bettencourt, y que se entregaron el 27 de marzo de ese año -a dos meses de las presidenciales- al tesorero del partido de Sarkozy, el actual ministro de Trabajo Eric Woerth. Igualmente, narró a 'Mediapart' que la mujer más rica de Francia entregaba sobres con dinero a diversos políticos de derechas, entre ellos el ahora jefe del Estado cuando en los años noventa era alcalde de Neuilly, la ciudad limítrofe con París donde la multimillonaria tiene el palacete en el que reside.

Sin visos de realidad

Durante una visita a un centro sanitario de París, Sarkozy se limitó a hacer un comentario alusivo a la polémica. "Me gustaría que el país se apasionara por los grandes problemas, por la organización de la sanidad, las pensiones, por cómo crear crecimiento" económico, más que creer "en la primera calumnia, que no pretende más que manchar y sin ningún viso de realidad", señaló.

Los miembros del Gobierno se limitaron a negar todo y a denunciar que la oposición trate de aprovechar para desacreditar al Ejecutivo. El ministro del Presupuesto, François Baroin, fue el que más lejos en esa línea al acusar al grupo socialista de alimentar la extrema derecha al "lanzar acusaciones sin pruebas", lo que provocó el abandono del hemiciclo de los diputados de la oposición.

Momentos antes, la titular de Justicia, Michèle Alliot-Marie, había tachado de "lamentable" que los socialistas hubieran olvidado que "la inocencia se presume y la culpabilidad se demuestra".

Lo cierto es que dentro de la mayoría presidencial algunos pesos pesados, como el presidente de los diputados de la UMP, partido de Sarkozy, Jean-François Copé, y el ex primer ministro y senador Jean-Pierre Raffarin, han pedido a Sarkozy que se dirija a los franceses para aclarar las cosas.

Un escenario que le obliga, de nuevo, a modificar los planes de un cambio de Gobierno, que la semana pasada dijo que haría en octubre pero que tuvo que empezar a adelantar el domingo con la dimisión de dos secretarios de Estado, en la picota por haber abusado del dinero público.