GEORGIA

Saakashvili barre en las legislativas georgianas

La presión de Rusia no ha logrado derribarle.

Los intentos de Moscú de derribar al presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, no están dando el resultado esperado. En lugar de su desgaste, lo que está logrando el Kremlin es fortalecer a su bestia negra. Al menos eso indican los resultados de las legislativas celebradas el miércoles en Georgia. El Movimiento Nacional Unido, partido a las órdenes de Saakashvili, habría obtenido por encima del 60 por ciento de los votos después de haberse escrutado más de la mitad de las papeletas.


El bloque denominado Oposición Unificada se coloca por detrás con menos del 15 por ciento de los sufragios. En el reparto de escaños entran también los demócratas cristianos, con algo más de un 8 por ciento de los votos, y el Partido Laborista con un 6 por ciento. La coalición opositora han denunciado "fraude masivo" y se propone impugnar el resultado de los comicios. Amenaza además con sacar sus partidarios a la calle.


Los observadores internacionales, sin embargo, señalan que las "irregularidades" detectadas no son graves ni tendrán impacto en el desenlace final del recuento. "No vi nada que haya podido influir negativamente en el resultado de las elecciones", declaró durante una rueda de prensa ayer en Tiflis el jefe de la delegación de observadores de la OSCE, Joao Soares.


Saakashvili ha conseguido aumentar su apoyo popular en comparación con las presidenciales del pasado 5 enero, cuando obtuvo el 53,4 por ciento de los votos. Por el contrario, el líder de la oposición, Leván Gachechiladze, que alcanzó entonces un 25,6 por ciento, ha perdido seguidores. Sus acciones de protesta no llegaron a cuajar.


Los resultados de enero debieron hacer comprender a Rusia que el bloqueo económico impuesto a Georgia en 2006 sólo consiguió hacer crecer el sentimiento antirruso entre sus habitantes. Las sanciones fueron levantadas en abril, pero, un mes antes, Moscú restableció su ayuda económica a las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur y reforzó su contingente militar en la zona. Tiflis, por su parte, estrecha lazos con la OTAN y mantiene su veto al ingreso de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC).