SIMULACIÓN

Rumbo al planeta rojo sin abandonar la Tierra

Seis voluntarios se han aislado 520 días para simular un viaje al planeta rojo.

Marte
Rumbo al planeta rojo sin abandonar la Tierra
HA

Ante más de dos centenares de cámaras y en medio de gritos de aliento, seis voluntarios se aislaron ayer del mundo por 520 días para simular un viaje a Marte y estudiar la compatibilidad psicológica y la tolerancia de los tripulantes durante un vuelo interplanetario.


"Comenzad el experimento", ordenó Igor Ushakov, director del Instituto de Problemas Biomédicos (IPBM) de la Academia de Ciencias de Rusia, en cuyo recinto se encuentra el simulador de nave espacial. Sus palabras fueron contestadas con un entusiasta "a la orden" pronunciado por el comandante de los "viajeros interplanetarios", el ruso Alexei Sitiov, tras lo cual los seis voluntarios entraron en el simulador y fueron cerradas las escotillas.


Junto con Sitiov, participan en el experimento Marte-500 los también rusos Sujrob Kamolov y Alexandr Smoleevski, el ítalo-colombiano Diego Urbina, el francés Romain Charles y el chino Wang Yue.


Sin embargo, como manifestó Urbina, junto al sexteto también "viajará" el escritor colombiano Gabriel García Márquez, cuyas obras se propone leer durante los próximos 520 días el "astronauta" ítalo-colombiano. También lleva consigo un equipo electrónico de percusión, con el cual acompañará a la guitarra del francés Romain.


Todos los participantes coincidieron en que su objetivo es "llegar hasta el final del experimento". De acuerdo con las reglas, cualquiera tiene derecho a retirarse sin tener que explicar las razones.


Durante algo más de 17 meses, los voluntarios compartirán los 550 metros cúbicos que suman los cuatro módulos cilíndricos que conforman el simulador. Permanecerán aislados el tiempo que lleva el vuelo de ida y vuelta a Marte, 490 días, más otros 30 de estancia simulada en el vecino planeta. La recompensa de cada participante que cumpla plenamente el experimento será de unos 82.000 euros.


La Agencia Espacial Europea y la rusa Roscosmos lanzaron en 2004 este ambicioso proyecto, al que se sumó China y en el que colaboran EE. UU. y España.