AVIACIÓN

Rolls-Royce recomienda la revisión de sus motores en los A380

Otro avión de la aerolínea Qantas, un Boeing 747, regresa a tierra por problemas mecánicos.

Rolls-Royce ha recomendado a las compañías que operan con Airbus A380 equipados con motores de la firma británica la realización de controles de motor como medida de precaución para garantizar la operatividad de la flota, después de que parte de un motor y del fuselaje se desprendiera de un aparato operado por la aerolínea australiana Qantas en pleno vuelo, lo que le obligó a hacer un aterrizaje de emergencia en Singapur. El proceso ya está "en marcha" en coordinación con Airbus, que también ha recomendado a sus aviones con este tipo de motores que pasen un urgente chequeo. "Continuamos trabajando de cerca con nuestros clientes", indicó la compañía británica en un comunicado, si bien la investigación se encuentra en "una fase muy temprana".

En casos como el ocurrido con el A380 de Qantas, el fabricante de motores tiene establecidos distintos procesos para recopilar información y determinar las causas de lo ocurrido. No obstante, el grupo advirtió de que no sería apropiado sacar conclusiones en este momento y que la seguridad es la "prioridad número uno" para Rolls-Royce.

Qantas mantiene suspendidas sus operaciones a bordo de estos aviones, los aparatos comerciales más grandes del mundo, hasta que se esclarezca el suceso. Otros operadores de la aeronave, como airfrance-KLM, Lufthansa y Singapore Airlines, suspendieron el jueves los vuelos a bordo del A380, aunque los reanudaron ayer tras realizar una revisión. Según Qantas, una pieza defectuosa o un fallo de diseño podría haber sido la causa del fallo de motor del Airbus A380, según sugirió ayer el presidente de la compañía, Alan Joyce.

Mientras tanto, otro avión de Qantas, un Boeing 747, tuvo ayer que volver a tierra al poco de despegar de Singapur por un problema mecánico. Según la cadena de televisión ChannelNewAsia, el vuelo QF6 que se dirigía a Sidney (Australia) tuvo un problema con el motor número uno.

El aparato, con 412 pasajeros a bordo y una tripulación de 16 personas, cambió el rumbo y aterrizó en el aeropuerto singapurense sin ningún tipo de problema.