EL ANÁLISIS

¿Se repetirá la historia?

Tras la decepción en las urnas, Dilma Rousseff parte como favorita ante el opositor socialdemócrata Serra.

Pese a su frustrado sueño de conquistar la Presidencia en la primera ronda, la candidata oficialista al Gobierno de Brasil, Dilma Rousseff, parte como favorita a ganar la segunda ronda electoral del 31 de octubre, que disputará contra el opositor socialdemócrata José Serra.


"Pese a su traspié, Dilma sigue como favorita, pero tendrá que administrar la frustración de un resultado amargo a la luz de las expectativas y de la euforia alimentadas en el campo 'lulista", expresó ayer el analista Fernando de Barros e Silva. La frustración se debe a que el porcentaje de votos de la representante del Partido de los Trabajadores (PT) fue inferior a las previsiones más pesimistas de las encuestas.


En la recta final, Rousseff perdió votos, principalmente a favor de la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, quien sorprendió a todos al conquistar casi 20 millones de sufragios y se convirtió en el árbitro de la disputa del 31 de octubre.


La gigantesca popularidad de Lula y el sentimiento de "bienestar" entre los cerca de 30 millones de brasileños que salieron de las 'clases D/E' a la 'clase C' en los últimos ocho años de Gobierno del PT son las principales armas de Rousseff para conquistar la Presidencia. Además, esta tiene a su favor la historia: en los tres comicios presidenciales que se definieron en segunda vuelta desde 1989, tras la redemocratización de Brasil, el elegido fue siempre el ganador de la primera ronda electoral. Pero, como advirtió ayer la analista política Lucia Hippólito, "esto es historia, no destino".


En 2006, Lula da Silva también vio naufragar su sueño de lograr la elección en la primera ronda, pero en la segunda vuelta aplastó a Geraldo Alckmin, del PSDB de Serra, al conquistar más del 60% de los votos.


¿Se repetirá la historia con Rousseff? Según Alckmin, confirmado como victorioso en los comicios para gobernador de Sao Paulo, la situación es distinta: "En primer lugar, Rousseff no está en el Gobierno; en segundo lugar, ella no tiene la popularidad de Lula".