CUBA

Raúl Castro se afianza en el poder

La sorpresa saltó esta semana con la destitución de figuras relevantes del Gobierno muy ligadas al convaleciente Fidel. El presidente cubano se rodea cada vez más de los suyos, los militares, y de miembros del PCC.

El ya ex canciller cubano Pérez Roque (i), en 2005, junto a un mural con la imagen de Fidel Castro y su hermano Raúl, en La Habana.
Raúl Castro se afianza en el poder
a. ernesto/efe

La radical renovación del Gobierno de Raúl Castro anunciada el pasado lunes, la más drástica realizada en los 50 años de régimen revolucionario, tuvo una lectura inmediata en la mayoría de los observadores de los trasiegos de la isla desde que Fidel Castro dejó el poder: el nuevo presidente cubano se rodea cada vez más de los suyos, los militares, alejando a figuras demasiado vinculadas a su hermano.

 

"Desfidelización" fue uno de los conceptos más utilizados en los comentarios de los analistas, sobre todo a raíz de la salida de puestos importantes del Gobierno de figuras muy ligadas al convaleciente ex presidente cubano: el canciller durante la última década, Felipe Pérez Roque, considerado su delfín; la "liberación" de Carlos Lage como virtual primer ministro cubano y, también, del que fuera ministro de Economía de Fidel Castro, José Luis Rodríguez, y el encargado de la 'batalla de ideas' del histórico líder cubano, Otto Rivero.

 

"Raúl Castro se deshace definitivamente del Gobierno de Fidel Castro y se define el Ejecutivo de Raúl a partir de lealtades personales", dijo el opositor Manuel Cuesta Morúa. El ex militar cubano y actual editor de 'Cubanálisis', Eugenio Yanez, fue incluso más allá al considerar que la maniobra implicaba "la afirmación del estilo raulista y la separación definitiva de los talibanes". "El comandante será cada vez más simbólico, escribirá 'reflexiones' y quizás, como dice Hugo Chávez, caminará por las calles de La Habana, pero ya no por las avenidas del Gobierno que una vez fue todo suyo", sostuvo en un artículo en 'El Nuevo Herald'.

 

Mas fue el propio "comandante" el que dio una nueva vuelta de tuerca el martes al por él mismo definido como "complicado tablero" de ajedrez de la política cubana al negar, en un artículo, las intenciones de "desfidelización" que tantos creyeron ver en el cambio de Gobierno.

 

Por un lado, afirmó en su nueva 'reflexión' que los cambios le fueron "consultados", y rechazó que los destituidos fueran "hombres de Fidel", como los llegó a llamar la prensa. Y dio un paso más al dejar caer que la sustitución de Pérez Roque y Lage no tiene nada que ver con una intención de su hermano Raúl de deshacerse de pesos pesados de la era de Fidel. "La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno", señaló Castro.

 

Hay quien interpreta, sin embargo, que Cuba ha asistido al revivir de su "líder máximo", el convaleciente Fidel Castro, quien, tras meses de intensos rumores sobre un presunto nuevo empeoramiento de su salud, volvió a dar muestras de que, como ha asegurado reiteradas veces su gran amigo Hugo Chávez, sigue "vivito y coleando".

 

En menos de siete días, Fidel Castro, de 82 años y quien desde hace dos años y medio no aparece en actos públicos, recibió a dos presidentes, escribió cuatro artículos y entró de lleno en la política nacional al rematar a Lage, su ex virtual primer ministro, y a Pérez Roque, el canciller del que en su momento se dijera que estaba "familiarizado como pocos con las ideas y el pensamiento de Fidel".

 

Fidel Castro continuó con su agitada agenda y recibió a dos presidentes, el dominicano Leonel Fernández y el hondureño Manuel Zelaya. Ambos son los últimos de una larga serie de mandatarios latinoamericanos que han hecho procesión por la isla desde comienzos de año: en enero realizaron una visita oficial el de Panamá, Martín Torrijos; Ecuador, Rafael Correa, y Argentina, Cristina Fernández. Un mes más tarde viajaban a la isla la presidenta chilena, Michelle Bachelet, su par guatemalteco, Álvaro Colom, y, por sorpresa, el venezolano Hugo Chávez.

Once cambios ministeriales

Raúl Castro efectuó 11 cambios ministeriales (con la fusión de cuatro Ministerios en solo dos) y otros "movimientos de cuadros" que concluyen con la ascensión a puestos clave de más militares -ya hay diez en la cúpula del Gobierno, incluido el propio Castro- y de miembros activos del Partido Comunista Cubano (PCC), el "único" heredero del poder, según reiteró el mandatario, general de cuatro estrellas y por casi cinco décadas ministro de Defensa.

 

Más allá de las interpretaciones sobre la salida de los considerados hombres más próximos a Fidel Castro, para Peter Hakim, director del instituto norteamericano Interamerican Dialogue, estos cambios suponen una "señal para enseñar la autoridad" de Raúl. Este "siempre estuvo relacionado con la parte militar" y estos cambios significan "justamente darle más espacio a este grupo dentro de su Gobierno, se rodea de gente que es de su confianza", dijo.

 

Según Cuesta Morúa, además, aparte de "un refuerzo del blindaje militar del Ejecutivo" para "mantener el control sin fisuras" se observa, con el nombramiento de "personas básicamente vinculadas al PCC", una "reproducción del tipo de modelo de Gobierno chino, estrictamente político-militar, a través de los militares y del Partido Comunista". El fin, dijo, sería "buscar gente de absoluta lealtad en un momento en que quizás no haya grandes discusiones políticas, sino grandes decisiones políticas".

 

La duda, que se mantiene desde que hace un año Raúl asumiera oficialmente el poder en Cuba, es qué nuevos movimientos, o cambios, pretende realizar el mandatario, así como el alcance de estos con su nuevo equipo. La disidencia, interna y en el extranjero, coincide en que, a lo sumo, los cambios serán económicos, pero no políticos.