FRANCIA

París cede a la presión de la UE tras la expulsión de gitanos

El Gobierno de Sarkozy va a trasponer la directiva sobre la libre circulación de ciudadanos europeos, pero no va a cambiar la política de deportaciones.

Francia accedió ayer a la exigencia de la Comisión Europea de trasponer integralmente la directiva sobre la libre circulación de ciudadanos europeos, pero no admite haber dado un trato discriminatorio a los gitanos rumanos y búlgaros que ha expulsado y va a presentar, para ello, documentos en su apoyo.


"Con el fin de responder a la petición de la comisión de una mayor transparencia y seguridad jurídicas (...) las autoridades francesas están dispuestas a insertar ciertas disposiciones de la directiva en los textos del derecho nacional", declaró Exteriores.


Un portavoz de Inmigración dijo que habrá una "transposición integral" del texto de la directiva sobre la libre circulación de ciudadanos comunitarios y se hará en diciembre por la vía de una enmienda, durante la tramitación de un proyecto de ley que se está discutiendo en la Asamblea Nacional y que endurece la lucha contra los sin papeles y agiliza su expulsión.


El portavoz señaló que París no había hecho la adopción integral porque estimaba que su normativa actual ya incorpora el espíritu del texto europeo, pero, puesto que el Ejecutivo comunitario tenía dudas al respecto, se va a integrar la directiva al derecho francés sin cambios. Indicó que la nueva ley que el titular francés de Inmigración, Éric Besson, defiende desde septiembre ante el Parlamento con el argumento de que es necesario para hacer frente a los compromisos europeos mantendrá las polémicas disposiciones que contemplan la expulsión de ciudadanos de la UE que carezcan de medios económicos para residir en Francia o que practiquen una mendicidad agresiva.


Deportadas 10.000 personas

El departamento de Besson insistió en que no se va a modificar la política de expulsiones, que ha supuesto el envío a sus países de 10.000 rumanos y búlgaros desde el pasado 1 de agosto.


Esa política, de acuerdo con su explicación, es la misma que Francia ha venido aplicando en los últimos años y no es discriminatoria con los gitanos, en contra de las dudas que podía tener la Comisión Europea, que había pedido aclaraciones.


Para aplacar esas dudas, las autoridades francesas van a presentar en Bruselas una carta, apoyada en un anexo con varios documentos, que "demostrarán que Francia ha tratado individualmente, caso por caso", a los expulsados y que, por tanto, no han sido objeto de un procedimiento colectivo por ser gitanos.


La Comisión había amenazado el 29 de septiembre con expedientar a Francia si no ajustaba sus leyes a la directiva europea sobre la libre circulación de ciudadanos y le había dado hasta ayer para ofrecer explicaciones sobre las sospechas de que estaba discriminando a los gitanos.