EN IMÁGENES

Ocho años "made in Bush"

El presidente del país más poderoso de la Tierra dejará su cargo dentro de un mes. Los dos mandatos del político texano han dado para mucho, cómicamente hablando

"Habrá muchas bromas con el zapato", presagió George W. Bush poco después de esquivar hábilmente los dos tiros libres de un periodista iraquí durante una rueda de prensa en Bagdad. Habrá bromas, sí, de hecho ya las hay, pero no solamente por ello. El impopular presidente de Estados Unidos ha dejado tras de sí una hilarante estela de impagables actuaciones que, durante los ocho años de su mandato, han dado que pensar sobre su torpeza verbal y motora, su gafe más o menos acentuado o su misma capacidad intelectual.


Las políticas abordadas por el ya casi ex inquilino de la Casa Blanca son más o menos discutibles y, como suele decirse, la historia le pondrá en su sitio. Pero al hablar sobre ellas, Bush ha regalado al mundo grandes 'perlas de sabiduría'.


Destacó con sus teorías políticas: "Sé que en Washington hay muchas ambiciones. Pero espero que los ambiciosos se den cuenta de que es más fácil triunfar con un éxito que con un fracaso". Apabulló con sus ideas sobre educación: "Francamente, los enseñantes son la única profesión que enseña a nuestros niños". Dio que pensar con sus reflexiones sobre el medio ambiente: "No es la contaminación la que amenaza el medio ambiente, sino la impureza del aire y del agua". Sentó cátedra con su visión sobre la ciencia: "Sé que los seres humanos y los peces podrán coexistir en paz". E impresionó con su saber sobre las energías renovables: "El gas natural es hemisférico. Me gusta llamarle hemisférico en la naturaleza, porque es el producto que podemos encontrar en el vecindario".


Hay infinitos ejemplos, lamentablemente. Porque, en realidad, el político texano parece estar llamado por un camino que no es el de la alta política, sino el del baile, y eso se le nota cuando disfruta danzando, ya sea con niños, con miembros de tribus africanas, con reputados cantantes internacionales, o solo, improvisando pasitos en las escaleras de la Casa Blanca.


Ahora, en Bagdad, dos zapatazos mal lanzados pero muy intencionados han puesto el colofón a este rosario de despropósitos de una presidencia accidentada, desde muchos puntos de vista.