DÍA 1 DE LA ERA OBAMA

Obama llama a "la esperanza" y apuesta por reconstruir EE.UU.

Obama jurando su cargo
Obama llama a "la esperanza" y apuesta por reconstruir EE.UU.
REUTERS/Jim Young

Washington amaneció más temprano que nunca. Como atraídas por un misterioso magnetismo, cientos de miles de personas se subieron al metro a las a las cuatro de la mañana y se encaminaron hacia el Capitolio, donde su dios Obama se convirtió en el 44 presidente de EEUU.


Pasaron horas de temperaturas bajo cero y tumultuosos accesos hasta que su dedicación se vio premiada con la aparición de una larga caravana de limusinas blindadas y cristales ahumados. Para entonces el National Mall era un hormiguero de gente hasta donde se perdía la vista, allá en el Obelisco. Obama pronto deshelaría sus cuerpos tiritantes con una dosis de esperanza y optimismo, que la masa agradeció con rugidos de emoción.


"En este día nos reunimos porque hemos elegido la esperanza sobre el miedo", les recordó como parte de sus recetas para curar los males de América, que no se limitan sólo a lo que aparece cada día en los titulares de los periódicos. "Menos medible pero no menos profundo es el socavón de confianza que hay a lo largo y ancho de nuestra tierra, un miedo persistente a que el deterioro de EEUU sea inevitable y que la próxima generación deba rebajar las expectativas. Hoy os digo que los retos que enfrentamos son muchos y son reales. No los superaremos fácilmente ni en un abrir y cerrar de ojos, pero escuchadme bien: los superaremos".


"¡Amén!", le gritó alguien desde el público. Le escuchaba con la misma atención alguien que decía disfrutar de ese "asiento de primera fila en la historia", pero que ayer debió sentirse muy incómodo al escuchar hablar a Obama de esa era de oscurantismo en la que deja el país. No había duda de que aludía a él cuando proclamaba "el fin de las mezquindades y las falsas promesas, las recriminaciones y los dogmas gastados que durante demasiado tiempo han ahogado nuestra política".

"Todos somos iguales"

Pero el mensaje no era para Bush, alguien que ya es historia, sino para todos los estadounidenses a los que Obama demanda una contribución activa para sacar al país de la zanja en la que se encuentra. "América, somos un país joven, pero en palabras de las escrituras ha llegado la hora de dejar a un lado los infantilismos", les sermoneó. "Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia y elegir nuestra mejor historia".


La que él lleva consigo a la Casa Blanca sólo por el hecho de haber sido elegido presidente es la idea sobre la que se fundó el país de que "todos somos iguales, todos somos libres y todos merecemos la oportunidad de lograr nuestra medida de felicidad". Era ésta una referencia a la segregación racial de un país marcado por un negro pasado de esclavitud que Obama prefirió ignorar durante la campaña para no polarizarla, pero que al fin puede expresar libremente. Un punto de partida para recordarles que la grandeza de su país "hay que ganársela".


La base es buena, EE.UU. "sigue siendo la nación más próspera y poderosa sobre la faz de la tierra", con unos trabajadores que no son hoy menos productivos ni menos creativos que cuando comenzó la crisis. Pero "empezando hoy mismo, tenemos que recomponernos, desempolvarnos y empezar a trabajar para rehacer EEUU. A donde quiera que miremos hay trabajo que hacer".


Y su promesa no es sólo crear puestos de trabajo, sino tender "un nueva capa de cimientos para el crecimiento" construyendo carreteras y puentes, redes eléctricas y digitales que impulsen el comercio y unan al país. "Pondremos la ciencia en su sitio y blandiremos las maravillas de la tecnología para elevar la calidad de la atención sanitaria y bajar sus costos. Aprovecharemos el sol, el viento y la tierra para echar a andar nuestros coches y nuestras fábricas. Y transformaremos nuestras escuelas y universidades para enfrentar los retos de una nueva era".


Bush no era el único que debía sentirse incómodo. Le rodeaban todos los congresistas, muchos de los cuales han criticado en la última semana el plan económico de Obama por considerarlo una deuda mayor de la que puede soportar el país. A esos "cínicos" que "cuestionan el tamaño de nuestras ambiciones" les recordó algo que parecen no haber notado: "el suelo se ha movido bajo sus pies".


Terrorismo

La prosperidad de Obama también tocará al mundo, porque el nuevo presidente se ha propuesto no sacrificar la nobleza de sus ideales "que siguen siendo la luz del mundo". En la lucha contra el terrorismo "rechazo el falso dilema entre nuestra seguridad y nuestros ideales", declaró. Su arma para derrotarlo no será "con misiles y tanques sino con alianzas estables y convicciones duraderas", porque dice haber entendido, como sus antecesores en los que se inspira, que "sólo el poder no puede protegernos, ni nos da derecho a ello". Su receta, dice, incluye la prudencia, la humildad y la fuerza del ejemplo para alcanzar "una seguridad que emane de la justicia de nuestra causa".


Con ese talante tendió también una mano a los países musulmanes a los que tanto ha maltratado su antecesor: "Buscaremos un camino hacia adelante basado en los intereses comunes y el respeto mutuo", les prometió.

 

En diez fiestas

El presidente estadounidense, Barack Obama, continuó con las celebraciones tras su investidura y celebró junto con su esposa Michelle Obama el primer baile inaugural, una de las tradiciones más representativas de una toma de posesión presidencial.


El matrimonio Obama bailó el tema de 'At last', interpretado por la cantante Beyoncé en el Washington Convention Center, donde los ciudadanos organizaron el Baile Inaugural de Barrio. A su llegada, Obama, vestido con un esmoquin negro y pajarita blanca, se dirigió a la multitud congregada y les agradeció su presencia. "No sois amigos, sois viejos amigos", aseguró.


En esta ocasión la anécdota la puso Obama, ya que pisó en varios momentos de la canción a Michelle, ataviada con un traje largo con un hombro al aire, del diseñador Jason Wu. Desde la victoria de su marido en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, todas las miradas se han puesto en la ya primera dama.


El baile del Washington Center, abierto al público, fue el primero de los diez bailes que celebran la jornada de investidura, con motivo de una tradición que comenzó en 1809, cuando la entonces primera dama Dolley Madison organizó un baile de gala en el Hotel Long de Washington.


A su fin, Obama y Michelle, acompañados en todo momento por Joe Biden y su esposa, se trasladaron al segundo evento, el baile organizado por el estado de Hawaii y de Illinois. El procedimiento a seguir fue el mismo; Obama saludó a los allí presentes y volvió a bailar con su mujer ante la mirada de los allí presentes. "Este es un baile especial porque representa nuestras raíces", declaró el ex senador por Illinois.

El presidente estadounidense, Barack Obama, continuó con las celebraciones tras su investidura y celebró junto con su esposa Michelle Obama el primer baile inaugural, una de las tradiciones más representativas de una toma de posesión presidencial. El matrimonio Obama bailó el tema de 'At last', interpretado por la cantante Beyoncé en el Washington Convention Center, donde los ciudadanos organizaron el Baile Inaugural de Barrio. A su llegada, Obama, vestido con un esmoquin negro y pajarita blanca, se dirigió a la multitud congregada y les agradeció su presencia. "No sois amigos, sois viejos amigos", aseguró. En esta ocasión la anécdota la puso Obama, ya que pisó en varios momentos de la canción a Michelle, ataviada con un traje largo con un hombro al aire, del diseñador Jason Wu. Desde la victoria de su marido en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre, todas las miradas se han puesto en la ya primera dama. El baile del Washington Center, abierto al público, fue el primero de los diez bailes que celebran la jornada de investidura, con motivo de una tradición que comenzó en 1809, cuando la entonces primera dama Dolley Madison organizó un baile de gala en el Hotel Long de Washington. A su fin, Obama y Michelle, acompañados en todo momento por Joe Biden y su esposa, se trasladaron al segundo evento, el baile organizado por el estado de Hawaii y de Illinois. El procedimiento a seguir fue el mismo; Obama saludó a los allí presentes y volvió a bailar con su mujer ante la mirada de los allí presentes. "Este es un baile especial porque representa nuestras raíces", declaró el ex senador por Illinois.Videoconferencia

Posteriormente el presidente norteamericano acudió a la ceremonia del Baile del Comandante en Jefe, donde conversó mediante una videoconferencia con tropas desplazadas en Afganistán. Los soldados, algunos de ellos procedentes del estado de Illinois, se presentaron y saludaron uno a uno a Obama, con quien también bromearon. "Hoy estamos de celebraciones pero mañana empieza el trabajo", declaró por su parte el demócrata.


A estas citas le siguieron más bailes regionales, que tuvieron como escenarios algunos de los hoteles más lujosos de la ciudad o puntos emblemáticos de la capital como el Museo Smithsonian.