ESTADOS UNIDOS

Obama entierra el unilateralismo de la era Bush

El presidente de EE. UU. destierra el lenguaje de la guerra contra el terrorismo en su estrategia de seguridad nacional.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ayer en la Casa Blanca en Washington.
Obama entierra el unilateralismo de la era Bush
MANDEL NGAN/AFP

La Casa Blanca lo anunció en Twitter y su asesor adjunto de Seguridad Nacional Ben Rhodes moderó el debate en Facebook. Se trataba, claro está, de la estrategia para el siglo XXI en la que el Estados Unidos de Barack Obama no solo hace comunidad en las redes sociales sino que decreta el fin del unilateralismo que caracterizó a la Administración de George W. Bush.


"Somos muy conscientes de los retos que supone movilizar una acción colectiva y de las imperfecciones de los sistemas internacionales, pero EE. UU. no ha triunfado saliéndose de los márgenes de la cooperación internacional", expone el documento de 52 páginas.


En su primera Estrategia de Seguridad Nacional Barack Obama redefine las prioridades de Estados Unidos, las amenazas que enfrenta y el camino para mantener el liderazgo "en un siglo en el que la grandeza" de su país "no está asegurada", advierte.


La Estrategia de Seguridad Nacional es un documento que el Gobierno estadounidense emite normalmente al comienzo de cada mandato, por exigencia del Congreso, y fija las prioridades diplomáticas y defensivas del país.


Como ya no se trata de combatir a la Unión Soviética sino al enemigo terrorista que cruza fronteras y arraiga en cualquier país harán falta todos los amigos posibles, pero también para atacar otros problemas que cita como frutos de la globalización, desde los ataques en el ciberespacio hasta el calentamiento global. Por eso está decidido a mantener el liderazgo empezando por casa en temas como la inversión científica para el desarrollo de energías limpias o un recorte del déficit que preserve su papel de potencia económica.


Se trata de defender su influencia fuera de las fronteras en todos los aspectos importantes del siglo XXI, pero sin renunciar al militar, "piedra angular de nuestra seguridad", dice el documento, tanto en la defensa nacional como en la internacional, porque Estados Unidos "sigue siendo la única nación capaz de proyectar y sostener operaciones militares de gran escala a larga distancia", dice.


Doctrina alejada del miedo


El uso de las Fuerzas Armadas "debe complementarse" con una intensa diplomacia "en cada esquina del planeta" porque "el peso de este joven siglo no puede recaer solo en los hombros de EE. UU., de hecho nada le gustaría más a nuestros enemigos que ver cómo nos sobreextendemos".


La doctrina de Obama se aleja rotundamente de la del miedo que impusieran Bush y sus acólitos, convencidos de que el uso de la fuerza y el lenguaje de la agresión es el único que entienden sus enemigos.


Para Obama la seguridad "de largo plazo no vendrá de nuestra capacidad para infundir el miedo en otros pueblos, sino de nuestra capacidad para apelar a sus esperanzas", asegura en el texto que servirá de base para las políticas de su Gobierno. "Y como mejor se hará ese trabajo será a través de la decencia del pueblo estadounidense, de nuestras tropas y diplomáticos, pero también de nuestro sector privado, de las organizaciones no gubernamentales y de nuestros ciudadanos".


"Unos asesinos"


En atención a nuestros "mejores ángeles" Obama también ha abandonado el lenguaje de la guerra contra el terrorismo y los fundamentalistas islámicos. Su zar antiterrorista John O'Brennan lo ponía así en un discurso promulgado la víspera: "Nuestro enemigo no es el terrorismo porque el terrorismo no es más que una táctica. Nuestro enemigo no es el terror porque eso es un estado mental, y nosotros, como estadounidenses, nos negamos a vivir asustados. Tampoco describimos a nuestro enemigo como 'yihadistas' o islámicos porque el uso de un término religioso daría la falsa percepción de que Al Qaeda y sus líderes son líderes religiosos que defienden una causa santa, cuando en realidad no son más que asesinos".


Al final la situación es simple: "Estados Unidos está en guerra contra Al Qaeda y sus afiliados". El Gobierno de Obama está decidido a seguirles la pista donde quiera que se escondan, pero también promete tener en cuenta que a menudo "hará falta un bisturí y no un martillo".


La nueva estrategia considera también el bienestar económico como uno de los pilares para garantizar la seguridad del país y aboga por una "nueva base" mediante el énfasis en el uso de energías limpias y la reducción del déficit fiscal.


Pero también quiere promover el bienestar económico fuera del país, pues "hemos visto cómo los golpes a la economía global pueden precipitar el desastre", señala el documento.