AFGANISTÁN

Novatadas, borracheras y prostitutas en la embajada de EE.UU. en Kabul

Estados Unidos investiga un escándalo de guardias de la empresa de seguridad privada ArmorGroup en su embajada de Kabul, después de que una ONG denunciara borracheras, novatadas, vejaciones a trabajadores y la presencia de prostitutas en la legación.


El portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, aseguró que el Gobierno "se toma estas acusaciones extremadamente en serio", y afirmó que un equipo de la oficina de Seguridad Diplomática viajará a Kabul en los próximos días para investigar las denuncias.


La organización independiente y sin ánimo de lucro Project Government Oversight (POGO) envió el martes una carta a la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, en la que denuncia el comportamiento de una treintena de guardias y supervisores que quedó reflejado en material gráfico que ha dado la vuelta al mundo.


La compañía ArmorGroup emplea unos 450 guardias y supervisores para proteger a la embajada de EE.UU. en Kabul y a los 1.000 empleados que trabajan y viven en las instalaciones de la legación.


Los agentes se alojan en Camp Sullivan, a poca distancia de la embajada.


POGO inició una investigación después de que varios guardias contactaron con la organización para expresar su preocupación sobre estos hechos y aportar pruebas de "descaradas y prolongadas" violaciones de contratos de seguridad y de la "dominante" ruptura de la cadena de mando, de la disciplina y de moral de los guardias.


Después de haber efectuado entrevistas "exhaustivas" con testigos y haber examinado documentos, fotografías, vídeos y correos electrónicos, POGO concluyó que "la gestión del contrato es extremadamente deficiente y posee una amenaza significativa para la seguridad de la embajada y de su personal y, por ende, para la misión diplomática en Afganistán".


Los testimonios indican que el personal al más alto nivel de ArmorGroup estaba al tanto e incluso observó de manera directa las actividades de sus guardias, pero no hizo nada para impedirlas.


De acuerdo con POGO, el material del que dispone describe escenas en las que esos guardias "orinan encima de personas, comen patatas del trasero de otros, toman chupitos de vodka, rompen borrachos puertas y amenazan e intimidan" a aquellos que no participan.


Las fotografías muestran, además, a guardias y sus supervisores en "varias fases de desnudez", "a veces acariciándose" entre ellos.


Otros documentos revelan juergas de guardias posando con afganos en Camp Sullivan mientras consumen alcohol, y terceros muestran a un agente semidesnudo que aparentemente se ha orinado encima y salpicado a un afgano, actos considerados ofensivos e intolerables.


En al menos una ocasión supervisores llevaron prostitutas a Camp Sullivan.


No es la primera vez que el Departamento de Estado afronta un problema con una empresa de seguridad privada subcontratada.


El escándalo más sonado es el de la matanza ocurrida en 2007 en Irak, cuando un grupo de agentes de Blackwater -ahora Xe- disparó contra los civiles que se encontraban en la plaza bagdadí de Al Nasur, lo que dejó un saldo de 17 muertos y 27 heridos.


De hecho, el Departamento de Estado advirtió en varias ocasiones a ArmorGroup de deficiencias en el cumplimiento de su contrato por ausencias de guardias de sus puestos, horarios demasiado prolongados, la falta de personal y por el desconocimiento de algunos agentes del idioma inglés, entre otras quejas.


No obstante, este año el Departamento de Estado renovó el contrato hasta 2010.


El contrato es de cinco años de duración por un importe de 189 millones de dólares, pero tiene que ser renovado cada año.


"Hubo algunas cosas en Kabul que desconocíamos, pero que, francamente, tendríamos que haber sabido", admitió hoy Kelly.


El embajador de Estados Unidos en Afganistán, Karl Eikenberry, también ha ordenado que se investiguen las denuncias.