ORIENTE PRÓXIMO

Netanyahu gira al centro para no atemorizar a los votantes ni al mundo

Atemorizado por el éxito del sector más derechista de su partido en la primarias del lunes, el líder del Likud, Benjamín Netanyahu, trata de tranquilizar al electorado y a la comunidad internacional con un giro al centro que devuelve el proceso de Annapolis a su campaña electoral. "Continuaremos las negociaciones de paz con sirios y palestinos", aseguraba el líder del Likud ante sus asesores tras el golpe que le infligió el ultrarradical Moshé Feiglin, número 20 en la lista de candidatos del partido a las elecciones generales del 10 de febrero.


El viraje de los últimos tres días responde a la necesidad de Netanyahu de desprenderse de una imagen excesivamente derechista y volver a la corriente central de la diplomacia internacional mediante un apoyo tácito a la continuación de las negociaciones de paz con sus vecinos.


Hasta ese momento, el líder del Likud hablaba únicamente de una "paz económica" como continuación al proceso iniciado en Annapolis en noviembre de 2007 y que debe conducir a la creación de un Estado palestino.


Las negociaciones fueron interrumpidas en el momento en que se decidió en Israel el adelanto de las elecciones, por fracaso de la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, de formar un nuevo gobierno para sustituir al de Ehud Olmert, sospechoso de corrupción.


"La paz económica es un carril paralelo, no exclusivo", es la nueva postura del jefe del Likud para no atemorizar al electorado de centro, imprescindible para alcanzar el gobierno de Israel.


Las últimas encuestas dan al histórico partido nacionalista entre 31 y 36 diputados en la próxima legislatura, por lo menos siete más que a Kadima, pero Netanyahu teme bajar hasta 26 al considerar que su lista "es problemática" y "demasiado derechista", según sus asesores.


En las primarias también entraron una serie de candidatos que Feiglin recomendó y que en principio se oponen a cualquier retirada de territorio ocupado en Cisjordania, mientras que los recomendados de Netanyahu, entre ellos varios líderes moderados y muy conocidos, obtuvieron puestos relegados.


Buena parte de los candidatos elegidos forman parte del grupo de "rebeldes" que se opuso a la evacuación de Gaza y que de forma virulenta actuaron entre 2004 y 2005 contra el entonces jefe del Likud y primer ministro, Ariel Sharón, forzando la división que llevó a la creación de Kadima.


Netanyahu ha convocado para hoy un reunión en Tel Aviv con los cuarenta candidatos salidos de las internas para advertirles que no tolerará "ni motines ni alborotos" y que él será el único que dirija el partido.


"El efecto Feiglin se atenuará muy pronto. Lo puede estrujar cuanto quieran, pero este limón no tiene mucho más zumo", asegura hoy el ex primer ministro entre 1996 y 1999 en declaraciones al diario Haaretz.


Militantes próximos al jefe del Likud también buscan soluciones legales para relegar al político ultrarradical a un puesto más atrasado en la lista -alrededor del 30-, lo que sería posible si el órgano central del partido da prioridad a las posiciones reservadas para los distritos y grupos sociales.


Otra estrategia para desarmar focos de oposición ultraderechistas en el futuro es la de, si llega a formar gobierno, marginarse de los partidos de derechas.


Las encuestas indican que Netanyahu tendría numéricamente la posibilidad de formar un gobierno más o menos estable con los partidos ultraderechistas y religiosos, pero ello le dejaría frente a una posición muy delicada en la comunidad internacional.


La nueva postura del presidente del Likud parece ser la de "ir a un proceso de paz con un gobierno de unidad nacional fuerte", dicen sus asesores, que ya adivinan por dónde serán atacados en la campaña electoral.


Itamar Eichnner, comentarista del diario Yediot Aharonot, cree que "esta lista es lo que Kadima necesitaba para declarar (formalmente) que el Likud sigue siendo un partido demasiado derechista" o, en palabras de Livni, "un lastre atado a la pierna de Netanyahu".