ITALIA

Napolitano disuelve el Parlamento y abre el camino hacia las urnas

Los sondeos señalan una posible victoria del ex primer ministro y empresario Silvio Berlusconi, junto con sus aliados democristianos y derechistas.

El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, disolvió definitivamente las Cámaras, abriendo así el camino hacia las elecciones anticipadas, cuya fecha fijará este mimso miércoles el Consejo de Ministros del Gobierno dimisionario.


La disolución del Parlamento llega dos semanas después de la caída del Gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi y marca el final de la XV legislatura, que ha durado poco más de 23 meses y pasará a la historia como una de las más breves de la democracia italiana.

Mientras tanto, los partidos han empezado a organizarse para esas elecciones que, según los sondeos, ganaría el ex primer ministro y empresario Silvio Berlusconi, junto con sus aliados democristianos y derechistas.


Napolitano se reunió, primero con el presidente del Senado, Franco Marini, y después con el de la Cámara de los Diputados, Fausto Bertinotti. La fijación de la fecha de las elecciones se celebrarán en los setenta días posteriores a la disolución del parlamento, es decir, como máximo el 15 y 16 de abril.


También se fijará la fecha de la primera sesión de las Cámaras, dentro de los veinte días posteriores a la celebración de las elecciones.


Napolitano tomó la decisión de disolver las cámaras tras fracasar la misión que encomendó a Marini para sondear la posibilidad de lograr un consenso con el que reformar la ley electoral antes de los comicios anticipados.

Crisis de Prodi


La crisis de Gobierno se abrió el 24 de enero cuando el primer ministro, Romano Prodi, perdió la confianza del Senado, después de que un pequeño grupo democristiano, la Unión de los Demócratas para Europa (UDEUR), abandonase la colación que apoya el Ejecutivo.


Ese abandono se produjo tras ser acusado de corrupción el líder de la UDEUR, Clemente Mastella, que en ese momento era ministro de Justicia. Desde entonces, los esfuerzos de Napolitano se centraron en intentar cambiar la ley electoral, una petición sostenida no sólo por el centroizquierda sino por un amplios sectores de la sociedad, ya que favorece la creación de grandes coaliciones con multitud de partidos.


Ese minifundio político está considerado como uno de los principales causantes de la inestabilidad del Gobierno, ya que formaciones con una representación parlamentaría mínima, como la UDEUR, que contaba con un 1,4% de los votos, pueden formar y deshacer gobiernos con gran facilidad.

Peligro para los demócratas


La celebración de las elecciones pone en peligro la gestación del Partido Demócrata, cuyo principal objetivo es acabar con ese minifundio y crear un partido fuerte, unido entorno a un programa de gobierno de centro progresista.


Su líder, el alcalde de Roma, Walter Veltroni, repitió ese mantra al declarar que el Partido Demócrata acudirá sólo a las urnas y que no volverá a repetir la experiencia de la Unión de Romano Prodi, en la que había dieciséis partidos.


Esa postura es criticada desde los partidos de izquierdas, ya que le reprochan que esa actitud provocará de nuevo la llegada de Silvio Berlusconi al poder.


Los sondeos otorgan al PD un 35% de los votos, muy alejado del 56% que recibe la alianza de Berlusconi. Sin embargo, en dos periódicos, la Repubblica y La Stampa, se alababa hoy la posición de Veltroni, ya que es innovadora en Italia y supone, al menos, un cambio con respecto a la política de los últimos quince años.


Aún así, muchos analistas opinan que el PD no tendrá más remedio que formar una coalición antes de las elecciones.