LIBERADO EL AUTOCAR SECUESTRADO

Siete muertos en el secuestro de un autobús en Manila

Un enfrentamiento protagonizado por Rolando Mendoza con las fuerzas de seguridad filipinas ha terminado con la muerte del secuestrador y dos rehenes.

Un policía rompe el cristal de la puerta del autobús durante el tiroteo.
Muere el secuestrador del autobús en Manila
AFP

Al menos seis rehenes y el ex oficial de policía que mantuvo secuestradas a 25 personas en un autobús de Manila durante más de doce horas, han muerto por disparos, informaron fuentes policiales.


Otros tres rehenes de los 15 que continuaban en el interior del vehículo cuando las fuerzas de seguridad consiguieron penetrar en el vehículo, salieron ilesos y se desconoce, hasta el momento, el estado del resto. El secuestrador, Rolando Mendoza, murió al ser alcanzado por un disparo en la cabeza efectuado por un tirador con un arma de precisión, señaló la Policía.


El ex policía que abrió fuego con su fusil ametrallador M-16 cuando los miembros de las fuerzas de seguridad llevaron a cabo el primer intento de penetrar en el vehículo, cerca de la plaza Rizal, uno de los lugares más visitados de la capital filipina.


Cerca de una veintena de agentes se situaron a ambos lados del vehículo y a mazazos rompieron la luneta delantera al mismo tiempo que trataban de abrir a la fuerza todas las puertas.


La Policía identificó al sospechoso como Rolando Mendoza, un antiguo inspector con el grado de capitán que fue apartado del cuerpo en 2008 tras verse implicado en un turbio asunto de robo, extorsión y tráfico de drogas.


Mendoza exigía que se le absolviera de los cargos que pesan contra él y ser readmitido en el cuerpo, del que le quedaba sólo un año para jubilarse.


Según los datos policiales, el inspector Mendoza fue expulsado definitivamente del cuerpo el pasado enero junto a otros cuatro agentes por la Defensora del Pueblo de Filipinas.


El ex inspector extorsionó hace dos años a un ciudadano filipino, Christian Kalaw, al que exigió 20.000 pesos (unos 444 dólares, 349 euros) por permitirle aparcar en un lugar prohibido, conducir sin licencia y consumo de drogas.


De acuerdo con el citado informe policial, el ex oficial y otros tres agentes obligaron a Kalaw a tragarse un sobre lleno de metanfetamina hidroclórida, una droga alucinógena de extendido consumo en el sudeste de Asia.