El cantante de narcocorridos Sergio Vega, más conocido como el 'Shaka', fue asesinado la noche del sábado en el noroeste de México cuando iba a un concierto, con lo que se suma a la cada vez más larga lista de artistas víctimas de la ola de violencia que vive este país.

La muerte del cantante, de 40 años, fue confirmada en un primer momento por el empresario Jesús Tirado, organizador del concierto que debía dar Vega en Alhuey, en el estado de Sinaloa, y que fue suspendido a causa del trágico suceso.

Vega y un acompañante viajaban en un cádillac rojo por la carretera que va desde Navojoa, en Sonora, hacia Los Mochis, en Sinaloa, cuando fueron sorprendidos por desconocidos que les persiguieron hasta darles caza a tiros.

Por la mañana un portavoz de la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa explicó que inicialmente las autoridades recibieron una información de que el automóvil del artista había sufrido un accidente cerca de la caseta de peaje de San Miguel, en las inmediaciones de la comunidad conocida como El Carrizo.

"Posterioremte se descubrió que el coche tenía impactos de bala y que él había fallecido por eso", indicó el portavoz de la fiscalía.

El diario 'Debate' publicaba ayer un relato pormenorizado de la muerte de Vega, acribillado a tiros y con disparos en cabeza y tórax. El suceso, según la publicación, se produjo en la zona conocida como cerros de Barobampo, donde el automóvil del cantante se estrelló contra un poste de luz a un lado de la carretera.

El periódico señala, basándose en el testimonio del acompañante que salvó la vida, que los agresores "llegaron hasta el vehículo y lo remataron (al Shaka)", extremo que aún no han confirmado las autoridades del estado.

También informa de que solo unas horas antes del ataque que le costó la vida Vega había desmentido en un programa de espectáculos que hubiera sido víctima de un atentado, y aseguró que había reforzado su seguridad por la ola de ataques violentos sufridos recientemente por músicos en esa zona del país.

Nacido el 12 de septiembre de 1969 en Ejido Hornos, en el norteño estado de Sonora, el Shaka quería ser de pequeño jugador de béisbol o músico, y finalmente se decantó por su vocación artística.

Su muerte no es la única que han sufrido estos músicos del norte de México cuya música es, muy a menudo, la preferida por algunos líderes de las organizaciones criminales que existen en el país, que en los últimos años están librando una lucha encarnizada entre ellos y contra el Ejército y la Policía Federal.