BOLIVIA

Morales y dirigentes de las provincias rebeldes tratan de lograr un acuerdo para concluir las revueltas

El presidente se suma a las negociaciones tras el encuentro sudamericano de Santiago de Chile

Tras jornadas sangrientas que desembocaron el domingo con la intervención militar en el departamento de Pando, el diálogo entre el Gobierno de La Paz y los prefectos opositores se reactivó en las últimas horas a la espera de que el propio presidente, Evo Morales, regrese de la cumbre sudamericana de Santiago de Chile. Se suma de esta forma a unas negociaciones que, por el momento, "van por buen camino", o al menos así lo aseguró el prefecto de Tarija y representante de las provincias disconformes con la gestión política y económica del Ejecutivo central, Mario Cossío. El estado de las negociaciones permitía albergar esperanzas de que se pusiese un punto y aparte a la crisis.


La actualidad boliviana se desarrollaba de esta forma en dos frentes. Por una parte, los presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), se encontraron en Santiago de Chile para dar una salida política a la grave situación interna de Bolivia. Hasta allí se desplazó Morales, pero no así los prefectos opositores, quienes habían remitido una misiva a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, para solicitar su presencia y explicar su postura de viva voz. Pretendían desmentir el calificativo de 'golpistas' y dar peso a unas protestas desarrolladas en zonas gobernadas por la oposición y desde donde se reclama la devolución de ingresos petroleros rescatados por el estado.


El segundo frente prosigue en La Paz, siguiente parada de Morales tras la cumbre y donde tenía previsto celebrarse el lunes una reunión ya de noche, madrugada hora española. A este encuentro se llegó con unas bases ya sentadas y que, aparentemente, permitían a las partes albergar esperanzas de cara a una pronta solución. Sobre la mesa, figuraban la introducción de un proceso autonómico en la nueva propuesta de Constitución Política del Estado y en la creación de un pacto fiscal entre el Gobierno, las prefecturas y los municipios para la redistribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos.


"Vamos por un buen camino", explicó Cossío, en representación de los prefectos del Consejo Nacional Democrático. A su juicio, "está bastante avanzada la tarea", mientras el viceministro de Descentralización Gubernamental, Fabián Yacsik, también se mostró optimista, aunque según informaciones del diario boliviano 'La Razón', sobre la mesa también se pusieron algunos condicionantes. Así lo expresaron las partes por separado tras un encuentro maratoniano que se prolongó el domingo hasta las dos de la madrugada y que, a falta de "detalles", esbozó los puntos básicos. Falta por determinar, entre otros aspectos, las decisiones tras las medidas de presión y la toma de instituciones en Pando, Beni, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca.

Papel de España


La crisis interna de Bolivia trasciende sus propias fronteras y, al margen de Santiago de Chile y su cumbre, también se observa con atención desde España. La secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, informó el lunes de que el Gobierno español ha contactado con distintos gobiernos sudamericanos para tratar de "recomponer el diálogo" entre el Ejecutivo de Morales y la oposición, para "ayudar a recuperar un clima de diálogo y favorecer la mayor tranquilidad y estabilidad posible".


"La posición del Gobierno español ha sido siempre la de apoyar institucionalidad democrática, ha sido siempre tratar de apoyar al Gobierno y sobre todo ayudar a recomponer el diálogo", agregó, tras una conferencia en la Casa de América de Madrid. En este sentido, el secretario general iberoamericano, Enrique V. Iglesias, apoyó la reunión convocada por Bachelet, ya que es "fundamental apoyar la democracia, la integridad territorial de Bolivia y apoyar la salida negociada de los problemas que están afectando a ese país".