FIN DEL TERRORISTA MÁS BUSCADO

Máxima alerta entre las tropas españolas en Herat

Un portavoz militar español ha comunicado a HERALDO DE ARAGÓN que «la situación en los acuartelamientos españoles de las provincias de Herat y Bagdis es de máxima alerta».

La muerte de Osama Bin Laden en la localidad pakistaní de Abottabad tendrá consecuencias inminentes sobre Afganistán, el país donde el líder terrorista se ocultó durante años bajo la protección de los talibanes.


Horas antes de anunciarse el operativo estadounidense que acabó con la vida del terrorista más buscado del mundo, los talibanes ya habían anunciado una ofensiva general en todo el país. Es muy posible que incrementen sus ataques militares y sus actos suicidas en los próximos días.


Los talibanes ya han demostrado su capacidad para infiltrarse en las unidades militares y policiales afganas para realizar sus atentados suicidas. En algunos casos miembros de sus células durmientes han atacado a soldados de la coalición militar internacional después de meses y años de trabajar en labores de traducción o logística.


Un portavoz militar español ha comunicado a HERALDO DE ARAGÓN que «la situación en los acuartelamientos españoles de las provincias de Herat y Bagdis es de máxima alerta». Una fuente bien informada asegura que los talibanes han conseguido infiltrar a 12 miembros de sus comandos suicidas en la ciudad con el objetivo de llevar a cabo atentados selectivos, incluidos instalaciones militares.


Los controles de seguridad para entrar en la base se han incrementado y no se permite la entrada de vehículos civiles conducidos por los trabajadores afganos que diariamente realizan diferentes funciones.


El presidente afgano, Hamid Karzai, se ha mostrado satisfecho por la muerte del terrorista Osama Ben Laden y ha recordado que el terrorista se encontraba en una ciudad pakistaní cercana a la capital Islamabad. Karzai ha hecho estas declaraciones durante una conferencia en Kabul sobre desarrollo comunitario que han sido retransmitidas en directo por las principales canales de televisión en Afganistán.


Karzai ha pedido a su guardaespaldas que se separasen de él y que se sentasen entre el público. «Ya no hace falta tanta seguridad», ha afirmado como si la muerte de Bin Laden redujese los riesgos en este país. El presidente afgano ha criticado a Pakistán acusándole ejercer de santuario de los terroristas. Pero al mismo tiempo ha tendido una vez más la mano a los talibanes.


Abdulá Abdulá, líder del principal partido de la oposición afgana también ha destacado que la muerte del terrorista de origen saudí «mejorará la situación de seguridad en el país ya que los talibanes tendrán más dificultades para recibir apoyo desde Pakistán».


Pero es difícil ser tan optimista cuando hace cuarenta ocho horas los talibanes anunciaron una gran ofensiva en todo el país y advirtieron que su principal objetivo serán las tropas internacionales, los miembros del Gobierno y Parlamento afganos y las empresas que tienen relación con las fuerzas internacionales.