RELACIONES BILATERALES

Lula Da Silva inicia una visita oficial a Irán

Fuentes brasileñas han indicado que ambas naciones podrían firmar un memorando de entendimiento que serviría de llave a las empresas brasileñas para entrar en la urgente modernización del sector petrolero iraní.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, inició una visita oficial a Teherán, considerada clave para la posible solución del conflicto nuclear que enfrenta a Irán y la comunidad internacional.


El mandatario sudamericano fue recibido por su colega iraní, Mahmud Ahmadineyad, en el palacio presidencial "Motahari", en el centro de la capital, donde bajo un radiante sol escucharon los respectivos himnos nacionales y pasaron revista al batallón de la Guardia Protocolaria.


Después, abandonaron los jardines para departir en el interior de una de las salas palaciegas, acompañados de sus respectivas delegaciones.


En la agenda bilateral, destaca, sobre todo, el deseo de ambos países de avivar la cooperación económica y comercial, en particular en el sector energético.


Fuentes brasileñas han indicado que ambas naciones podrían firmar un memorando de entendimiento que serviría de llave a las empresas brasileñas para entrar en la urgente modernización del sector petrolero iraní.


Mientras que Brasil podría contribuir con ingenieros y repuestos, Irán ofrecería al país sudamericano su amplia experiencia en la perforación de pozos, agregaron las fuentes.


Además, Irán podría abrir la puerta a Brasil a la inversión en el sector del refinado.


Sin embargo, es la capacidad de negociación de Lula como mediador internacional lo que ha desatado la mayor expectación en torno a su visita.


Las grandes potencias mundiales perciben el viaje como la última oportunidad de hallar una solución diplomática al conflicto nuclear y evitar las sanciones al régimen iraní.


Países como Estados Unidos y el Reino Unido acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su programa atómico civil, otro de naturaleza clandestina y aplicación bélica cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear, alegación que Teherán rechaza.


El pulso se ha agravado en los últimos seis meses, después de que Irán pusiera trabas a una oferta de intercambio de combustible nuclear para su reactor civil y comenzara a enriquecer uranio al 20 por ciento por su propios medios.


Desde entonces, Estados Unidos, secundado por países como Francia, el Reino Unido o Alemania intenta consensuar una nueva batería de sanciones.


Irán, por su parte, ha trabajado en el seno del propio Consejo de Seguridad para tratar de integrar en la resolución de la polémica a los diez miembros no permanentes del citado Consejo.


China, único país con derecho a veto que alberga reticencias, mantiene una posición ambivalente.


Turquía y Brasil, en principio contrarios a la medidas punitivas, se han erigido en mediadores, un papel que ha despertado suspicacias, en particular entre la Administración estadounidense, que se ha mostrado "escéptica".


En este sentido, la presencia de Lula en la capital iraní se percibe como una apuesta fuerte que encierra un importante riesgo diplomático.


Según fuentes de la delegación brasileña, el objetivo de Lula es convencer a Ahmadineyad de que ceda en su desafío a la comunidad internacional y adopte una política nuclear similar a la tiene Brasil.


Ello se traduciría en más transparencia, mayor libertad para las inspecciones internacionales y una decidida declaración en contra de las armas nucleares, agregaron.


Delegados brasileños explicaron que a corto plazo, el deseo del presidente sudamericano es evitar la amenaza de sanciones al régimen iraní que promueve Estados Unidos y que podrían ser impuestas el próximo junio.


Como primera medida para desenmarañar el nudo gordiano, Lula podría proponer a Irán que acepte la oferta de intercambio nuclear hecha el pasado 23 de noviembre por Rusia, Estados Unidos y el Reino Unido.


Los tres países sugirieron a Irán enviar al exterior su uranio al 3,5 por ciento y lo recupere tiempo después enriquecido al 20 por ciento.


Sin embargo, el régimen iraní ha puesto trabas al acuerdo, ya que dice no confiar en la otra parte.


Además, exige como garantía que el intercambio se realice de forma simultánea, en territorio iraní, y bajo supervisión del Organismo Internacional de la energía Atómica (OIEA), condiciones a la que se oponen los países ofertantes.


Fuentes diplomáticas han apuntado que Brasil podría proponer a Irán que el intercambio se produzca en un tercer país de su confianza, opción que hasta la fecha el régimen de Teherán también ha rechazado.


En la agenda del viaje, está previsto que además de departir con Ahmadienyad, Lula sea recibido por el líder supremo, ayatolá Alí Jameneí, y participe el lunes en la sesión inaugural de la cumbre del G-15, antes de partir rumbo a Madrid.