FILTRACIONES EN EE. UU.

EE. UU. ve a Zapatero como un "cortoplacista"

Los documentos de Wikileaks tildan al presidente del Gobierno español de izquierdista "trasnochado". El problema de ETA es contemplado con desdén y relegado a una cuestión de orden interno.

Obama escucha a Zapatero durante el Desayuno Nacional de Oración, en febrero en Washington.
EE. UU. ve a Zapatero como un "cortoplacista"
M. H. S./EFE

Los papeles de Wikileaks ofrecen una imagen poco halagadora del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Para los autores de los cientos de telegramas el jefe del Gobierno se adscribe a una izquierda "trasnochada y romántica". Los embajadores de Estados Unidos en España vierten opiniones sobre José María Aznar, el Rey, Mariano Rajoy o Felipe González, además de ministros, jueces, fiscales y representantes de las más relevantes instituciones del Estado.


El inquilino de la Moncloa no sale bien parado del escrutinio del personal diplomático de EE. UU., que lo tilda de político "cortoplacista", que antepone las servidumbres electorales a los intereses de Estado.


De acuerdo con los cables desvelados por las cinco publicaciones que han tenido acceso a los informes de funcionarios y diplomáticos estadounidenses, la relación de España con la principal potencia del mundo sufrió episodios de tensión con Rodríguez Zapatero al frente del Ejecutivo.


Las reticencias alcanzaron su punto crítico cuando el Ejército español se retiró de Iraq tras la victoria del PSOE en las elecciones de 2004, si bien también concitó discrepancias la postura de la diplomacia española con respecto a Cuba y Venezuela, la crisis de Kosovo o las relaciones comerciales con países susceptibles de alentar el terrorismo.


Bush no atendió la llamada

El abandono de las tropas del territorio iraquí causó tanto malestar en la Administración republicana que cuando Zapatero felicitó a George Bush por su reelección, el presidente de Estados Unidos ni siquiera se dignó atender la llamada.


En los documentos se revela que la derrota del PP en las urnas hace más de seis años obedeció a la mala gestión que hicieron los populares de los atentados terroristas del 11-M, un asunto que suscitó un caudal de información sobre la personalidad y los fines que perseguía Rodríguez Zapatero.


De entre todo el maremágnum de información, compuesto por 3.620 mensajes, de los cuales 103 son catalogados como "secretos" sobresale la figura del Rey, de quien se dan consejos para granjearse su simpatía. El Monarca es una excepción, ya que en los documentos abundan los comentarios peyorativos. Junto al Rey, superan el examen de Estados Unidos algunas personalidades del Ejército.


Relación "en zig-zag"

En una nota escrita por el embajador Eduardo Aguirre y remitida a la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se subraya que "Zapatero juega mirando a una base electoral izquierdista y pacifista, y usa la política exterior para ganar puntos en la política española, más que para atender las prioridades básicas de la política exterior u objetivos estratégicos más amplios (...) Esto ha derivado en una relación bilateral errática y en zig-zag".


El problema de ETA es visto con cierto desdén y relegado a una cuestión de orden interno. Solamente cuando la banda terrorista declara la tregua durante el mandato de Zapatero el asunto cobra entidad, sobre todo por la creencia de que el alto el fuego puede tumbar al Ejecutivo.


Asimismo, los cables ponen de manifiesto el "gran fracaso" que sufrió Zapatero en su intento de que el presidente Barack Obama visitara España con motivo de la cumbre entre EE. UU. y la Unión Europea, que estaba previsto que se celebrase en mayo de 2009 y que finalmente tuvo lugar en noviembre. "Por razones políticas internas, quieren organizar a toda costa una cumbre. Como no habrá ninguna visita del presidente Obama, será el mayor fracaso de Zapatero", se dice en el telegrama.


El menosprecio de la diplomacia estadounidense hacia el presidente español es extensivo a sus ministros. El embajador cubanoamericano Eduardo Aguirre reprende a los titulares de carteras y les dispensa un trato displicente. Pese a ello, las respuestas a las coacciones son a veces conciliadoras y otras veces no. Es el caso de un secretario de Estado que, presionado para que España acelerara la entrega a EE. UU. de un traficante de armas, no puede ser más contundente. Hace saber a su interlocutor que el Gobierno no pondrá al delincuente "a las tres de la madrugada en un avión" rumbo a Estados Unidos, dado que España se precia de ser un país respetuoso con las garantías procesales.


El coordinador de IU, Cayo Lara, destacó su preocupación por el hecho de que Estados Unidos vigile y adjudique "etiquetas" al resto de países del mundo. Para Lara, EE UU ha perpetrado una especie de "Gran Hermano", lo que constituye un hecho de gran gravedad.