CONFERENCIA DE LA ONU

Líderes mundiales piden que la crisis no genere más pobreza

El llamamiento fue hecho en la primera sesión de la Conferencia de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo, que busca revisar los mecanismos recogidos en el llamado Consenso de Monterrey (México), en el 2002, y el cumplimiento de los compromisos asumidos.

Líderes mundiales reclamaron este sábado un mayor compromiso en favor de la financiación para el desarrollo de las naciones pobres e insistieron en la necesidad de que la crisis económica actual no perjudique a los más necesitados.


El llamamiento fue hecho en la primera sesión de la Conferencia de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo, que busca revisar los mecanismos recogidos en el llamado Consenso de Monterrey (México), en el 2002, y el cumplimiento de los compromisos asumidos.


"Tenemos que trabajar rápidamente para prevenir esta catástrofe humana que nos afecta a todos", afirmó en la apertura de la conferencia el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto.


A la reunión asisten algunos presidentes, ministros y altos funcionarios, así como expertos de la ONU. Entre los jefes de Estado presentes se encuentran los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy; Costa Rica, Oscar Arias, y el de Irán, Mahmud Ahmadineyad.


D'Escoto lamentó que en los países desarrollados se estén elaborando planes multimillonarios para respaldar los sistemas financieros y de dediquen "billones de dólares en guerras contra el terror", mientras los países pobres siguen padeciendo hambre.


"Las acciones que se necesitan no deben ser vistas como expresiones de caridad, sino como deberes sociales", insistió el ex ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua.


D'Escoto, en su mensaje, que leyó en inglés, mencionó la reunión del Grupo de los Veinte que se celebró en Washington el pasado 15 de noviembre, con el fin de coordinar acciones entre naciones ricas y en desarrollo para enfrentarse a la crisis económica.


Pero dijo que esa reunión fue "un primer paso para incluir a los países en desarrollo en las decisiones internacionales", y motivó a los reunidos para seguir en esa línea.

Una conferencia decisiva


En un discurso anterior, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó que "el futuro del planeta" depende de los resultados de la conferencia que quedó abierta, y pidió promover más la coordinación entre los países pobres y ricos.


En su mensaje, el secretario general de la ONU convocó a los reunidos para adoptar medidas "más decisivas" y convertir a esta conferencia en un puente entre el Grupo de los Veinte y el resto del mundo.


Esta cooperación, añadió, debe incluir tres principios: la solidaridad entre las partes, la sostenibilidad en el crecimiento económico y el multilateralismo.


"Cualquier paquete de rescate (a partir de la actual crisis financiera" no puede hacerse sólo para los países ricos", dijo Ban. "Separados no podemos", insistió.


Ban Ki-moon señaló que el llamado Consenso de Monterrey fue un gran logro y un buen ejemplo para la cooperación y para reducir la brecha entre el Norte y el Sur.


Pidió apoyo a las naciones pobres para cumplir con los Objetivos del Desarrollo del Milenio, incluyendo la asistencia del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, "a fin de no paralizar el crédito de las economías emergentes".


El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, hizo un llamamiento para que se destine menos dinero a la guerra y más fondos para el desarrollo de los países pobres con el fin de evitar la "bancarrota moral" del mundo.


Arias afirmó que es necesario revertir la tendencia de que los gobiernos prefieran "pertrechar a sus ejércitos en lugar de educar a sus niños", algo que parecen observar tanto las naciones ricas como las pobres.


"Muchas naciones en vías de desarrollo han convertido a sus poblaciones en carne de cañón al negarles los recursos para una vida digna para dedicárselos a sus aparatos militares", agregó el presidente de Costa Rica, un país que no tiene ejército.


Oscar Arias insistió en la necesidad de que se respete el compromiso fijado internacionalmente para que cada país destine el 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) para financiar el desarrollo de las naciones pobres, y propuso incluso que se aumente ese porcentaje.


Reservar ese 0,7 por ciento del PIB para el desarrollo, "una cantidad minúscula", no ocasionará "la bancarrota de nadie, pero negarla sí puede ocasionar la bancarrota moral, la quiebra del Banco de la Justicia".


Sarkozy, por su parte, dijo que en esta reunión los líderes mundiales se enfrentan a una "oportunidad histórica" para cambiar la desigualdad entre ricos y pobres.


También pidió la reforma de las instituciones internacionales de crédito y del sistema financiero mundial para que regiones subdesarrolladas, como África, puedan lograr beneficios mejores.


"Es inaceptable que vivamos en el siglo XXI y tengamos instituciones obsoletas del siglo XX", agregó Sarkozy, cuyo país preside actualmente y hasta fin de año la Unión Europea.