TRAS DOS AÑOS DE CONFLICTO

Liberado el rehén suizo encarcelado en Libia

Como señaló la ministra de Exteriores helvética, Micheline Calmy-Rey, la liberación del ejecutivo de la multinacional ABB Max Goldi, quien llegó la pasada madrugada a Zúrich, supone un alivio y "es el principio para la normalización de las relaciones con Libia".

El empresario suizo Max Göldi esboza una sonrisa durante su primera aparición ante los periodistas después de su liberación, en Berna, Suiza.
La liberación del rehén suizo no pone punto final a la crisis con Libia
EFE

La liberación del último rehén suizo encarcelado en Libia como represalia por el arresto de un hijo del líder libio en Ginebra ha causado un gran alivio en el país alpino, pero no pone aún el punto final a una larga crisis bilateral que dura ya casi dos años.


Como señaló la ministra de Exteriores helvética, Micheline Calmy-Rey, la liberación del ejecutivo de la multinacional ABB Max Goldi, quien llegó la pasada madrugada a Zúrich, supone un alivio y "es el principio para la normalización de las relaciones con Libia".


Estas se vieron gravemente dañadas después de que en julio de 2008, Hanibal Gadafi, hijo del líder libio, y su esposa embarazada, que estaban alojados en un lujoso hotel de Ginebra, fueran detenidos durante 24 horas por una denuncia de maltrato interpuesta por dos empleados domésticos.


Pocos días más tarde, Goldi y otro empresario suizo residente en Trípoli, Rachid Hamdani, eran detenidos en la capital libia acusados de "estancia ilegal", dando comienzo a una pesadilla que se prolongó hasta febrero pasado, para el segundo, y hasta hace apenas unas horas para el primero.


Goldi pudo regresar la pasada madrugada a Suiza después de una gestión de última hora en Trípoli de Calmy-Rey, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, y otros países europeos.


"Estaba claro que no partiríamos de Libia sin Max Goldi", aseguró hoy la canciller suiza ante la prensa, pero agregó que "la incertidumbre planeó hasta el último momento", incluso después de haber sido recibida en la jaima de Muamar Gadafi.


La jefa de la diplomacia suiza estimó que la presencia el domingo en Trípoli de su colega español, Miguel Angel Moratinos, del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y de otros diplomáticos de alto rango europeos contribuyó a un resultado positivo al poner mayor presión sobre el coronel Gadafi.


Y en su primera aparición hoy ante los periodistas, en Berna, Max Goldi se mostró emocionado, dijo estar "cansado, pero feliz de estar de regreso".


"Durante 23 meses, mi familia y yo hemos vivido con un gran miedo. Y yo estaba atrapado en un asunto que me era extraño, hasta hoy no soy consciente de haber cometido una falta", agregó.


Pero tras la alegría general por el regreso de Goldi, la reconducción de las relaciones suizo-libias todavía está pendiente, mientras que la gestión que hizo el gobierno federal de la crisis es puesta bajo la lupa.


Ante las críticas procedentes de algunos sectores, Calmy-Rey aseguró hoy que la estrategia adoptada por el Gobierno federal obtuvo sus frutos y que si bien "la crisis ha tomado más tiempo del previsto, también podría haber durado mucho más".


En el plano político, el "plan de acción" firmado ayer en Trípoli por Libia, Suiza y los mediadores España y Alemania, prevé la creación de un tribunal arbitral en Berlín, que estudiará las circunstancias del arresto de Hanibal Gadafi por la policía de Ginebra.


Suiza, además, expresa sus excusas por la publicación de las fotos de detenido de Hanibal en la "Tribune de Geneve", y Berna se compromete a encontrar y castigar a las personas culpables de la filtración de esas fotos que tanto hirieron la sensibilidad del hijo del líder libio.


Precisamente en ese sentido, Calmy-Rey y el gobierno cantonal ginebrino desmintieron hoy lo afirmado en Trípoli por el ministro de Exteriores libio, Moussa Koussa, acerca de que se había pagado 1,5 millones de euros a Hanibal en concepto de indemnización.


Los partidos políticos reclaman ahora aclaraciones sobre este punto, y sobre las excusas suizas a Gadafi, que, además, no son las primeras en esta crisis, puesto que en agosto de 2008 -un año después de comenzar- el entonces presidente suizo, Hans Rudolf Merz, viajó a Trípoli para pedir perdón y tratar de obtener la liberación de los dos rehenes, pero tuvo que volverse de vacío a Berna.


Para los comentaristas suizos, la crisis se ha saldado con una victoria de Libia, que ha obtenido todo lo que quería.


Y aún falta por ver si las empresas suizas van a poder retomar sus actividades en el país norteafricano o si la compañía aérea Swiss podrá volver a volar a Trípoli, además de otros aspectos de las relaciones económicas y comerciales.


Suiza, Libia, España y Alemania han convenido volver a encontrase en Madrid en 15 días para revisar el cumplimiento del acuerdo.