BOLIVIA

Las protestas violentas contra Morales complican la crisis política boliviana

El conflicto político de Bolivia registró ayer una radicalización de las protestas contra el presidente Evo Morales en varias regiones, donde se produjeron nuevos choques violentos y ataques a infraestructuras energéticas, como el atentado contra un gasoducto en el sur del país.


Este hecho provocó la disminución en un 10% de los envíos de gas a Brasil, según el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Santos Ramírez, que atribuyó el atentado a grupos de "paramilitares, fascistas y terroristas", presuntamente organizados por fuerzas opositoras.


El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, anunció que el Gobierno desplegará una "mayor presencia" militar en las instalaciones petroleras para evitar "los atentados criminales".


En la sureña Tarija también se produjeron escaramuzas entre autonomistas y afines a Morales en la capital del departamento, donde se ha declarado un paro cívico que impide el tránsito normal en la ciudad y que ayer afectó a las operaciones de su aeropuerto.


Los incidentes siguieron a la convulsa jornada del martes en la ciudad oriental de Santa Cruz, donde radicales autonomistas saquearon seis entidades estatales en medio de enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad.


Ante esta situación, el Gobierno del país acusó a los opositores de promover un golpe de Estado civil para desestabilizar al Ejecutivo.