REDES SOCIALES

Las generaciones de Twitter chocan con el viejo orden

La longevidad política en los países del mundo árabe, amparada por sus Constituciones, contribuye a que algunos de sus dirigentes se perpetúen en el poder, con dos generaciones bajo su mandato.

Las revueltas en Egipto, donde el presidente Hosni Mubarak, de 82 años, gobierna desde hace 30 años, y en Túnez, donde el depuesto presidente Zine el Abidine ben Alí, de 74 años, gobernó durante 23, han puesto de manifiesto cómo las nuevas generaciones de Twitter y Facebook contravienen el viejo orden.

El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, de 68 años, que lleva 32 años en el poder, renunció ayer a presentarse como candidato en las elecciones presidenciales previstas para 2013 a raíz de las protestas en su país, eco de la revuelta en Egipto. El martes lo hizo Mubarak.

Sin embargo, el decano de los dirigentes árabes en la escena política es el máximo líder libio, Muamar el Gadafi, de 68 años, que lleva 41 al frente de los destinos de su país. Gadafi lideró a un grupo de oficiales que derrocó en septiembre de 1969 al rey Idris al Senusi, cuando este se encontraba en Grecia. El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, de 73 años, dirige su país desde hace 11, tras ganar sus primeras elecciones.

El último

El último en llegar es el jefe de Estado de Mauritania, Mohamed uld Abdelaziz, de 54 años y quien fue investido un año después del golpe de Estado del 6 de agosto de 2008, tras haber vencido en las elecciones del 18 de julio de 2009. Se da el caso paradójico en el mundo árabe de que los más jóvenes o los que menos tiempo llevan en el poder son monarcas. En Marruecos, el rey Mohamed VI, de 47 años, lleva en el trono desde hace 11 años, tras la muerte de su padre el rey Hasan, el 23 de julio 1999.

Movilizaciones en Jordania

El rey Abdalá II de Jordania, de 48 años, gobierna también desde hace 11 años, tras suceder a su padre, el rey Husein, el 7 de febrero de 1999. Las protestas en Jordania acabaron el martes con el Ejecutivo del primer ministro Samir Rifai, que presentó su dimisión al soberano hachemí, quien designó a otro antiguo jefe de Gobierno, Maaruf Bajit, al frente del nuevo Gabinete.

En Arabia Saudí, el rey Abdalá bin Abdulaziz, con 86 años es el de mayor edad, pero gobierna desde hace solo cinco, cuando heredó el trono de su antecesor, su hermanastro el rey Fahd.

El Gobierno saudí prometió ayer mejorar las infraestructuras en la segunda mayor ciudad del país, Yedá, después de las inundaciones que dejaron diez muertos y desencadenaron protestas entre los residentes que se quejaron de negligencia en lo ocurrido.

Mientras, en Bahrein, el rey Hamad bin Isa al Jalifa, de 61 años, lleva también 11 años gobernando tras suceder a su padre, Isa bin Salman al Khalifa, en 1999. Ese año fue coronado como emir y en 2002, rey. Caso aparte es Siria, donde a la muerte del presidente Hafez al Asad se instauró una república hereditaria, con la sucesión del hijo de este, Bachar al Asad.

Bashar al Asad, de 45 años, el benjamín de los dirigentes árabes, lleva 11 años en el poder. En una reciente entrevista con el diario 'The Wall Street Journal', Al Asad hablaba de la necesidad de «estar estrechamente vinculado a las opiniones del pueblo». No obstante, Bashar al Asad reconoció que «se necesita tiempo» para construir instituciones políticas, pues se ha abierto «una nueva era» que podría llevar bien al caos o bien a mayores reforma institucionales.