TRAGEDIA NACIONAL
El número de muertos por el doble ataque podría aumentar
Los fallecidos son ya 92, pero un portavoz de la policía noruega aseguró que todavía quedan cuerpos por recuperar en los edificios destrozados por la bomba en Oslo y que hay al menos cuatro desaparecidos en la isla de Utoya, donde un hombre abatió a 85 personas en un campamento juvenil.

La policía noruega reconoce que aún hay cadáveres en los edificios gubernamentales de Oslo atacados el viernes con un coche bomba, en un atentado al que siguió un tiroteo en la cercana isla de Utoya, con un resultado total hasta el momento de 92 muertos.
Un portavoz de las fuerzas de seguridad noruegas afirmó en rueda de prensa que estos «cuerpos» aún no han podido ser recuperados por el riesgo de que haya más «explosivos sin detonar» en el interior.
«La cifra final de fallecidos puede incrementarse», agregó el portavoz policial, y añadió poco después que al menos cuatro personas permanecen desaparecidas en Utoya, donde un hombre abrió fuego en un campamento juvenil y abatió a 85 personas.
Además, explicó que la policía está aún interrogando al sospechoso, el noruego de 32 años Anders Behring Breivik detenido tras el tiroteo, al que relacionan con los dos ataques, y que los forenses están investigando las heridas para establecer cuántas armas se emplearon en la masacre.
«No estamos seguros de que se trate solamente de una persona. Según los testimonios de algunos testigos, pensamos que podría haber más de un tirador», agregó.
No obstante, explicó que es «difícil» saber con seguridad si el sospechoso actuó por su cuenta «o si formaba parte de una red mayor».
En este sentido, aseguró que los investigadores están «dialogando» con el detenido, pero calificó de «complicada» la comunicación» con el sospechoso.
El arrestado, ligado a movimientos «fundamentalistas cristianos» y grupos de ultraderecha e «islamófobos», perteneció entre 1999 y 2003 al Partido del Progreso (FRP) noruego y a sus juventudes, según confirmó al rotativo local «VG» esta formación política.
Según las primeras pesquisas policiales, el sospechoso podría haber preparado los ataques durante meses.