LIBIA

La ONU pide a Gadafi que pare la violencia

Ban Ki-moon y Gadafi han mantenido «una extensa conversación telefónica» hablando sobre las revueltas y la escalada de violencia que se está llevando a cabo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió por teléfono al gobernante libio, Muamar el Gadafi que «pare inmediatamente» la escalada de violencia que está ocurriendo en Libia.


Ban mantuvo este lunes «una extensa conversación telefónica» con Gadafi, a quien expresó su «profunda preocupación por el aumento de la violencia y le subrayó que debe de parar inmediatamente», indicó la la ONU mediante un comunicado de prensa. El máximo responsable de Naciones Unidas se dirigió a Gadafi para expresar su preocupación por el rápido deterioro de la situación en Libia.


En el país magrebí han muerto al menos 233 personas desde que comenzaron las manifestaciones en demanda de reformas democráticas y en contra del régimen de Gadafi, según datos de la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW).


Durante la conversación telefónica, Ban reiteró su llamamiento «al respeto de los derechos humanos y las libertades básicas fundamentales, incluyendo los derechos a la asociación pacífica y a la información».


En Trípoli, la capital libia, la situación es de máxima tensión, y han aparecido cadáveres tirados en las calles y se producen continuos disparos en diferentes barrios de la ciudad, entre ellos de proyectiles de artillería pesada, según constató EFE y señalaron habitantes de varias zonas de la capital.


La ONU señaló que ante «la interpretación que el líder libio le dio de los eventos y la respuesta de las autoridades», Ban subrayó «la necesidad de asegurar la protección de la población civil bajo cualquier circunstancia». El secretario general de la ONU instó a las partes a ejercer la máxima contención y a las autoridades libias a que «se comprometan a mantener un diálogo amplio para tratar las legítimas preocupaciones de la población».


Ban, además, sigue de cerca la situación de Libia, y de otros países del Norte de África y Oriente Medio, como Bahréin, Yemen y «otros, y está muy preocupado por esa escalada de violencia y derramamiento de sangre», indicó el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, en un comunicado.


Además de en Libia y Bahréin, también se han producido protestas en contra de sus regímenes y en reclamación de reformas democráticas en Irak, Marruecos, Irán y Argelia, tal como ya ocurrió con anterioridad en Túnez y Egipto, que consiguieron la salida de sus respectivos presidentes.


A todos ellos Ban les pidió que «no usen la fuerza y el respeto de las libertades básicas», además de reiterarles su convencimiento de que «es el momento para el diálogo y las reformas políticas y sociales genuinas».


El portavoz indicó también que Ban «ha animado a los líderes que escuchen las aspiraciones de sus pueblos y respondan sus aspiraciones legítimas, y les ha insistido en que paren la violencia», además de respeto a los medios de comunicación y para que no interrumpan los servicios de comunicación.


Además de con el líder libio, Ban habló también el domingo por teléfono con el rey bahrení Hamad bin Isa Al Jalifa para expresarle su preocupación y pedirle que «ejerza contención y calme una situación tan volátil», al tiempo que dio la bienvenida a su decisión de comenzar ese diálogo.