Represión del Gobierno de Bachar al Asad

La ONU eleva a 5.000 la cifra de muertos por la represión en Siria

El Consejo de Seguridad ha sido incapaz hasta ahora de aprobar una resolución de condena a Damasco por la oposición de Rusia y China.

Más de 5.000 personas han muerto en la represión de las protestas en Siria desde marzo, informó este lunes el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, tras reunirse en la ONU con la alta comisionada de Derechos Humanos, Navi Pillay.


"Estoy muy impresionado por las atrocidades en Siria que he escuchado. Se ha matado a 5.000 personas, a civiles, personas que piden libertad y (el respeto a los) derechos humanos", dijo a la prensa el ministro alemán a la salida de su reunión con Pillay, quien informará hoy al Consejo de Seguridad de la situación en Siria.


Esa cifra es superior a la que la propia Pillay había anunciado recientemente, después de que el pasado 1 de diciembre cifrara las víctimas mortales por la represión del Gobierno de Bachar al Asad en 4.000 y alertara de que el país árabe se dirige a una guerra civil.


La alta comisionada se reúne este lunes con los miembros del máximo órgano internacional de seguridad a petición de Francia y sus socios occidentales, que presionan para lograr que el Consejo de Seguridad actúe, y ante la reticencia inicial de Rusia, China y otros países a recibir más noticias sobre la crisis siria.


"Creo que es necesario que esos países del Consejo de Seguridad que todavía dudan y son reticentes cambien de opinión", declaró ante la prensa Westerwell, quien abogó por que el máximo órgano de decisión de la ONU condene "las atrocidades y la represión" llevada a cabo por Damasco sobre la población.


"Se lo debemos a quienes están bajo la represión en estos momentos y a quienes han perdido la vida", dijo el ministro germano, para quien la actuación del Consejo no respondería "solo al deseo de los países occidentales sino al del pueblo de la región", como demuestra el compromiso de la Liga Árabe.


La reunión de Pillay con los miembros del Consejo de Seguridad se celebra a puerta cerrada, aunque el embajador francés ante la ONU, Gérard Araud, utilizó la cuenta de la misión francesa en Twitter para señalar que "el honor del Consejo de Seguridad está en juego" si éste no actúa para detener la represión.


"La Historia juzgará el silencio de unos y la indiferencia de otros", añadió el embajador francés, cuya delegación, apoyada por los representantes de los otros países de la Unión Europea que se sientan en el Consejo (Reino Unido, Alemania y Portugal), además de Estados Unidos, presiona desde hace meses por una condena contra el presidente Al Asad.


El Consejo de Seguridad ha sido incapaz hasta ahora de aprobar una resolución de condena a Damasco por la oposición de Rusia y China, quienes ejercieron en octubre su derecho de veto en ese órgano para oponerse a un texto presentado por los europeos, mientras que Brasil, India, Sudáfrica y Líbano se abstuvieron.