BIRMANIA

La ONU acusa a la Junta Militar birmana de confiscar la ayuda humanitaria

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas denuncia que la actitud del Gobierno, que veta la entrada de cooperantes en su territorio, "no tiene precedentes"

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas acusó ayer a la Junta Militar de Birmania de haber confiscado una carga de ayuda humanitaria para el millón y medio de personas afectadas por el ciclón. El portavoz del PMA en Bangkok, Paul Risley, indicó que las 38 toneladas, entre alimentos y equipo, que habían logrado hacer llegar a Rangún la víspera fueron confiscadas y que no les quedaba más remedio que detener las operaciones de envío hasta que se aclarase lo ocurrido.


Horas más tarde, sin embargo, la organización decidió reanudar los vuelos a partir de hoy mientras negocia con el Gobierno birmano las condiciones del reparto de material.


El primer avión del PMA con asistencia humanitaria recibió el permiso oficial y llegó al aeropuerto de Rangún el jueves, cinco días después de que el ciclón 'Nargis' arrasase el sur de Birmania con vientos de 190 kilómetros por hora y lluvias torrenciales.


La denuncia de la agencia de la ONU se produjo el mismo día en que los medios de comunicación birmanos reprodujeron un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores del país en el que se aceptaba la solidaridad internacional, pero se consideraba innecesario el envío de personal especializado extranjero porque los propios birmanos podían encargarse de repartir la ayuda.


"No estamos preparados por el momento para recibir esta clase de misiones de información, búsqueda y rescate de otros países", explicó la nota de Exteriores.


El propio Risley, en otras declaraciones anteriores realizadas a los periodistas en Bangkok, consideró asombrosa la actitud del régimen militar birmano de entregar con cuentagotas los visados de entrada que le solicitan.


Quien no lo tiene es expulsado o no puede bajar del avión, como les ocurrió el jueves a 62 especialistas que intentaron apearse de la aeronave con la ayuda humanitaria que había aterrizado en el aeropuerto Mingalardon de Rangún procedente de Qatar.


"La frustración causada por lo que parece ser un retraso en los trámites no tiene precedentes en los trabajos de ayuda humanitaria modernos", afirmó Risley, e instó a la Junta Militar a tramitar las solicitudes lo antes posible, "aunque sea trabajando durante el fin de semana".


La embajada, cerrada


Pero la embajada de Birmania en Bangkok no abrió ayer porque era jornada festiva, lo que quiere decir que hasta el lunes o el martes próximos, según un empleado de la legación, no se extenderán más visados.


El secretario general de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), el tailandés Surin Pitsuwan, dijo ayer que el grupo ha escrito al Gobierno de Birmania para que agilice la concesión de visados al personal de las agencias internacionales de ayuda humanitaria.


Pitsuwan señaló que habían recordado al régimen birmano que en 2005 firmó el Acuerdo de Respuesta de Emergencia y Gestión de Desastres de la Asean, creado tras el tsunami que mató a 226.400 personas en 12 países del Índico en 2004, para agilizar las operaciones de ayuda humanitaria en casos de catástrofes como aquella.


La Oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria (OCHA) de Naciones Unidas calcula que 1,5 millones de personas necesitan asistencia y ayer alertó de que solo se conoce la "punta del iceberg" de la verdadera situación de las zonas más afectadas en Birmania.


La situación es grave, hace una semana que 'Nargis' entró por el sur de Birmania y el cólera ha comenzado a cobrarse las primeras víctimas mortales en Bogalay -que quedó casi completamente anegada y donde se ha informado de 10.000 muertos- y Laputta, donde se cree que hay 80.000 fallecidos, no confirmados por la Junta.


Los medios de comunicación birmanos, todos ellos controlados por el Estado, hablan de unos 23.000 muertos y 42.000 heridos, aunque la embajada de Estados Unidos en Birmana cree que la cifra de víctimas mortales superará los 100.000.


Además, la Organización Meteorológica Mundial ha informado de que en los próximos días se esperan en Birmania lluvias normales para la estación, pero que puede haber un cambio a partir del próximo jueves o viernes en el que se intensifiquen las precipitaciones.


Eso preocupa a las oenegés, porque un temporal de lluvia complicaría aún más la vida de los cientos de miles de personas que han perdido sus casas y dificultaría el reparto de ayuda.