INTERCAMBIO DE PRESOS

La joven acusada de espiar en Irán vuelve a Francia

La condena de dos penas de cinco años de cárcel han sido conmutadas por una multa.

Reiss, ayer ya en París.
La joven acusada de espiar en Irán vuelve a Francia
L. D./EFE

La joven francesa Clotilde Reiss acusada de espionaje en Irán, volvió ayer a París, donde le esperaba el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El Elíseo anunció a primera hora de la mañana en un comunicado que Reiss, de 24 años de edad, había subido en un avión oficial francés en Dubai -a donde llegó en un vuelo desde Teherán- y que se dirigía a Francia.

Las autoridades iraníes le devolvieron el pasaporte y le dejaron salir del país después de dictar contra ella dos penas de cinco años de prisión, inmediatamente conmutadas por una multa de unos 230.000 euros, cantidad que coincidía con la fianza que se había abonado a su salida de la cárcel el 16 de agosto.

Reiss, que según el tribunal había participado en las manifestaciones de junio de 2009 contra el régimen iraní, fue detenida el 1 de julio cuando iba a volver a Francia tras haber terminado un curso en la universidad de Ispahan y encarcelada durante mes y medio. Después y hasta ayer había estado en régimen de arresto domiciliario en la embajada francesa de Teherán, mientras se buscaba una salida a su caso, que ha estado envenenando las relaciones entre Irán y Francia desde hace diez meses.

Intercambio

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, había vinculado en septiembre la posible liberación de la estudiante francesa con su intercambio por otros iraníes detenidos en Francia.

La respuesta, aunque oficialmente no se ha reconocido así, empezó a llegar el pasado 5 de mayo, cuando el Tribunal de Apelación de París rechazó por falta de pruebas la demanda de extradición de Estados Unidos, que reclamaba al ingeniero iraní Majid Kakavand, acusado por Washington de participar en el programa nuclear del régimen de Teherán.

La segunda pieza del contencioso es Ali Vakili Rad, encarcelado desde hace 18 años en Francia, donde fue condenado a cadena perpetua por el asesinato en 1991 en París del último primer ministro del sha de Irán, Chapur Bajtiar.

Mañana, el Tribunal de Apelación de Penas debe pronunciarse sobre la demanda de liberación condicional, una decisión que depende de una orden de expulsión de Francia que debe firmar el ministro del Interior.