CUMBRE EUROPEA

La UE facilita a Irlanda la repetición del referéndum sobre Tratado de Lisboa

Los socios de la Unión Europea llegaron este viernes a un acuerdo con el gobierno irlandés para que pueda convocar de nuevo un referéndum que permita la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, del que depende la reforma de las instituciones comunitarias.


El acuerdo ofrece una serie de garantías destinadas a disipar los temores expresados por los irlandeses hace un año respecto al impacto que pudiera tener el nuevo tratado en cuestiones tales como la neutralidad de la isla, su ventajoso régimen fiscal, la prohibición del aborto o la protección de los derechos laborales.


Como exigía Dublín, para acallar a los adversarios internos de la repetición de la consulta, las "garantías" tendrán la forma de un "protocolo", con la misma fuerza jurídica del tratado que se pretende ratificar.


Pero dicho protocolo no será añadido al Tratado de Lisboa hasta que tenga lugar la adhesión a la UE de un nuevo estado miembro, no habrá pues una negociación separada.


En ese momento (adhesión de Croacia o tal vez de Islandia) se aprovechará la ratificación del correspondiente tratado de adhesión para adosar el protocolo irlandés.


Esta fórmula aleja el peligro de que se reabra el debate interno sobre el Tratado de Lisboa en aquellos países que lo han ratificado ya o que se encuentran en vías de hacerlo, como el Reino Unido, la República Checa y Polonia.


El presidente de turno de la UE, el checo Jan Fischer, aseguró al final de la cumbre que el acuerdo contiene "todas las seguridades que los irlandeses necesitan".


La ratificación irlandesa desbloquearía la entrada en vigor del nuevo tratado y aportaría a la Unión la "necesaria estabilidad institucional", destacó el primer ministro checo.

 

Reformas institucionales de la Unión


Desde 2005, año en que fue rechazada en Francia y Holanda la Constitución europea, los gobiernos de la UE tratan infructuosamente de poner en marcha las reformas institucionales diseñadas para acomodar la Unión a 27 estados miembros.


De la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que sustituyó a la Constitución, dependen, entre otras cosas, la formación de la nueva Comisión Europea, la composición final del Parlamento recién elegido y el nombramiento de un presidente estable para la UE.


El texto aprobado este viernes deja claro que las "aclaraciones" que se ofrecen al pueblo irlandés son "plenamente compatibles con el Tratado de Lisboa" y por ello "no requieren volver a ratificar dicho tratado" en los demás Estados miembros.


Los líderes afirman igualmente que el "único propósito" del protocolo concedido a Irlanda es "proporcionar pleno estatuto de tratado a las aclaraciones" acordadas para tranquilizar al pueblo irlandés.


El protocolo "aclara, pero no cambia ni el contenido ni la aplicación del Tratado de Lisboa", advierten las conclusiones de la cumbre.


El primer ministro irlandés, Brian Cowen, consideró que su país dispone ya de las garantías "suficientes" para convocar un segundo referéndum y aseguró que la consulta podría celebrarse "a principios de octubre".


"Creo que ahora disponemos de la base para pedir a los ciudadanos que vuelvan a pronunciarse sobre el tratado", declaró Cowen, quien explicó que la próxima semana presentará al resto del Gobierno los resultados del Consejo Europeo para decidir "cuanto antes" una fecha para el nuevo referéndum.


Cowen destacó la "solidaridad" del resto de países con Irlanda e insistió en que las garantías obtenidas responden a importantes "preocupaciones" de los irlandeses, como la neutralidad militar o el derecho a la vida.


En este sentido, confió en que los ciudadanos compartan su punto de vista y subrayó que el nuevo referéndum tendrá una "importancia capital para el pueblo irlandés".


"La UE es central para nuestro futuro, es la fuente de mucha de nuestra riqueza", destacó Cowen, quien afirmó que "el lugar de Irlanda está en el corazón de la Unión y ahí es donde quiere seguir".


El primer ministro insistió una y otra vez en que Europa es la mejor forma para Irlanda de responder a muchos "desafíos globales" y aseguró no contemplar la posibilidad de un nuevo "no" al tratado.