La Eurocámara bloquea el acuerdo para transferir datos bancarios a EE. UU.

Los socialistas españoles quieren retrasar el voto definitivo para evitar un conflicto con la administración norteamericana.

La comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior de la Eurocámara decidió bloquear -por 29 votos a favor, 23 en contra y 1 abstención- el acuerdo aprobado por los Gobiernos de la UE para permitir a Estados Unidos mantener el acceso a los datos bancarios de ciudadanos europeos procesados a través de Swift, un consorcio bancario basado en Bruselas que supervisa las transferencias internacionales.

 

La administración norteamericana reclama esta información para investigaciones antiterroristas.


El resultado de la votación deja en suspenso el acuerdo, que entró en vigor de manera provisional el pasado 1 de febrero, pero todavía no es definitivo, puesto que la última palabra corresponde al pleno de la Eurocámara, que en principio tiene previsto pronunciarse el jueves de la semana que viene. Si el voto sigue siendo negativo, el pacto quedará anulado.


Los eurodiputados justifican su rechazo alegando que no se ha tenido en cuenta al Parlamento Europeo durante las negociaciones con EE. UU. y que el acuerdo no garantiza suficientemente la privacidad de los ciudadanos. El representante de Iniciativa per Catalunya-Verds, Raül Romeva, señaló que si la Eurocámara acepta el pacto "se queda completamente fuera de la negociación", lo que supone un "vacío democrático". A su juicio, la intervención del Parlamento es necesaria para examinar si "la transferencia de ciertos datos está realmente justificada desde el punto de vista de la lucha contra el terrorismo" y si "vulnera o no la directiva sobre protección de datos en Europa".


El pacto en cuestión es temporal. Durará sólo 9 meses para dar tiempo a negociar un acuerdo definitivo ya con la plena implicación de la Eurocámara.

El Partido Popular Europeo apoya el acuerdo

El voto en el pleno la semana que viene volverá a ser ajustado. El Partido Popular Europeo (PPE) apoya el acuerdo, pero alguna de sus delegaciones nacionales, especialmente Alemania, se oponen. Por su parte, la mayoría de los socialistas europeos rechazan el acuerdo, pero españoles y portugueses lo respaldan. El resto de grupos de izquierda también se opone al compromiso. "El resultado hoy por hoy es incierto", admitió Romeva.


El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, defenderá el acuerdo con EE. UU. en nombre de la presidencia española ante el pleno de la Eurocámara el próximo miércoles, un día antes del voto definitivo. Rubalcaba ya pidió a los parlamentarios la semana pasada que respaldaran el pacto alegando su utilidad en la lucha antiterrorista y les dijo que sus preocupaciones serían tenidas en cuenta cuando se negocie el acuerdo definitivo.


El secretario general del grupo parlamentario socialista en la Eurocámara, Ramón Jáuregui, aseguró que "esto no ha terminado todavía". "Es voluntad de la presidencia española y de la Comisión y también de los EE. UU. buscar una reconducción de esta situación. Yo creo que hay que evitar el rechazo, el vacío de seguridad que puede proporcionar la suspensión del funcionamiento de este sistema porque es un sistema de seguridad del que no podemos prescindir probablemente", afirmó.


Jáuregui sugirió que la Eurocámara podría decidir retrasar la votación definitiva del acuerdo a cambio de lograr nuevas concesiones de Estados Unido que mejoren el acuerdo en lo que se refiere a la protección de los datos personales. "El único camino que queda para evitar una situación de vacío en el sistema de información existente y por tanto de gran enfrentamiento con EE. UU. es evitar el rechazo del acuerdo pero asumir el mandato de que el acuerdo debe de mejorarse", afirmó.


Por su parte, el presidente del grupo popular en la Eurocámara, Joseph Daul, reclamó a la presidencia española que acuda al pleno y "responda plenamente a las preocupaciones" del Parlamento. Daul lamentó que los 27 no hayan consultado a la Eurocámara pero aun así defendió el acuerdo con EEUU porque "las amenazas para la seguridad de los ciudadanos son reales e importantes".


El responsable de Terrorismo e Inteligencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Stuart Levey, alertó este miércoles en un comunicado de que el rechazo de este acuerdo por parte de la Eurocámara sería "un error trágico". "Un veto a este acuerdo provisional pondría en riesgo un programa valioso y diseñado de forma cuidadosa que ha permitido que nuestros ciudadanos estén más seguros", aseguró.


Durante las últimas semanas, el embajador de Estados Unidos ante la UE se ha reunido con numerosos eurodiputados para tratar de convencerles de las bondades del programa.


En la actualidad, ya existe un acuerdo entre la UE y Estados Unidos que permite a los americanos acceder a los datos de Swift y contempla una serie de salvaguardas en materia de protección de datos. Se firmó en 2007 tras descubrirse que la Administración estadounidense había estado espiando sin ningún control las transacciones de Swift desde los atentados de Nueva York y Washington en 2001.


Pero ahora, Swift ha decidido repatriar a la UE el servidor que tenía en Estados Unidos, y desde el que la Administración estadounidense accedía a los datos bancarios, para proteger mejor los datos de sus clientes. Para que Estados Unidos siga pudiendo acceder a los datos que se encuentran en territorio de la UE, en Bélgica y en Países Bajos, además de en Suiza, necesita firmar un nuevo acuerdo con la UE.


El nuevo acuerdo durará 9 meses para dar tiempo a negociar un pacto definitivo con Estados Unidos en el que esté plenamente implicada la Eurocámara. La Comisión defiende este nuevo acuerdo alegando que ha sido en el pasado una importante y eficaz herramienta para luchar contra la financiación del terrorismo y evitar ataques terroristas y que sería peligroso detener la vigilancia de esta información.


Los datos obtenidos gracias a este pacto contribuyeron a investigaciones como la de la trama que pretendía hacer estallar aviones en pleno vuelo entre Reino Unido y Estados Unidos en 2006, según la Comisión.