EE. UU.

La dura vuelta al cole de Obama

La dura vuelta al cole de Obama
La dura vuelta al cole de Obama
EFE/Michael Reynolds

No sólo las últimas aulas de las escuelas abrieron definitivamente sus puertas al nuevo curso escolar este martes en Estados Unidos. También el Congreso y el propio presidente, Barack Obama, afrontan esta semana una "vuelta al cole" que se vaticina bien dura, con un montón de asignaturas pendientes cuya recuperación antes de fines de año no está asegurada en vista de la fuerte división partidaria que reina en Washington.


La materia más complicada: la reforma del sistema de salud, la "estrella" de campaña de un Obama que ha visto cómo su fulgor se iba apagando ante una feroz oposición no sólo desde el Partido Republicano, sino incluso dentro de sus propias filas demócratas, donde el sector más progresista amenaza con no votar a favor del plan si no incluye una "opción pública" mientras que el conservador mantiene la postura exactamente opuesta.


Unos demócratas "profundamente divididos (...) regresan hoy al trabajo casi en la misma posición en que se encontraban cuando dejaron el Capitolio a finales de julio", subraya el diario "The Washington Post" este martes.


En lo que muchos analistas consideran un intento de volver a tomar las riendas, Obama hablará el miércoles ante las dos cámaras del Congreso, una inusual iniciativa ya que el presidente no suele dirigirse ante legisladores y senadores a la par salvo en el tradicional discurso sobre el Estado de la Nación a comienzos de año.


De hecho, en las últimas dos décadas sólo ha sucedido en dos ocasiones: Bill Clinton lo hizo en 1993 y George W. Bush en 2001, tras los atentados del 11 de septiembre.


"La Casa Blanca está enviando a Obama a hacer lo que sabe hacer mejor, hablarle a la nación", considera hoy el diario de los "insiders" en Washington, "Político".


El problema: que, aunque de distinta forma, ya lo ha hecho en repetidas ocasiones -Obama ha hablado exclusivamente sobre la reforma de salud en al menos 27 discursos, destacan hoy los medios- sin haber obtenido hasta el momento grandes resultados.


Sobre todo tras un receso veraniego en el que las imágenes más recurrentes fueron las de enfurecidos votantes criticando los planes de salud durante las múltiples asambleas comunales en que los legisladores explicaron los planes de reforma.


Una furia no aplacada con los primeros fríos del otoño (boreal) que ya se ciernen sobre buena parte del país, como demuestra también el fuerte rechazo que provocó en muchos estadounidenses la decisión de Obama de dirigirse hoy a los escolares para animarles a continuar sus estudios y no abandonar el colegio antes de tiempo en un discurso televisado.


Según la última encuesta de la empresa Gallup, publicada este martes, los estadounidenses siguen profundamente divididos sobre la reforma del sistema de salud: ante la pregunta de si "aconsejaría a su congresista votar a favor o en contra de la reforma del sistema de salud", el 39 por ciento respondió que les pediría que no la sancionara, frente a un 37 por ciento favorable al cambio.


Y su opinión no es baladí, puesto que muchos legisladores afrontan elecciones de medio término en 2010 y los participantes en el sondeo dejaron claro, en un 64 por ciento, que la postura que asuman en torno a la reforma de la salud constituirá un "factor decisivo" a la hora de decidir su voto.


Todo ello con la sombra del fracaso del mismo intento del presidente Clinton una década atrás y con el "nerviosismo" de que la "hoja de ruta" que se espera adelante Obama mañana en su discurso constituye "básicamente la misma que lanzó en febrero, y que fracasó en su intento de llevar a Obama adonde pretendía antes del Día del Trabajo (celebrado la víspera): mucho más cerca de un compromiso final", destaca "Politico".


Con el problema añadido, coincide este rotativo con otros, de que en este nuevo "curso escolar" del Congreso a Obama le faltará una persona clave: la del fallecido senador demócrata Edward Kennedy. El "león del Senado" no sólo fue un acérrimo defensor -y propulsor- de la reforma de la salud y garantizaba un voto en una Cámara en la que no sobrará ninguna voz para pasar la reforma.


Además, Kennedy era una figura "conciliadora", capaz de acercar posiciones encontradas dentro y fuera de su partido.


Mas la reforma del sistema de salud supone un quebradero de cabeza adicional para la Casa Blanca: no sólo está poniendo a prueba a la administración en su primer año de gobierno, sino que está dilatando más aún toda una larga lista de asignaturas también pendientes, recuerda el diario "USA Today".


Entre ellas, la legislación sobre cambio climático -afectada por la renuncia este fin de semana del asesor presidencial para empleos verdes de Estados Unidos, Van Jones- y la reforma de inmigración, otro tema candente para una buena parte de la comunidad estadounidense que ya ha tenido que ver cómo Obama admitía en las pasadas semanas que no será factible avanzar hasta el año próximo.