AFGANISTÁN

Karzai prohíbe las empresas de seguridad privadas

El presidente de Afganistán firma un decreto para que se disuelvan en un plazo de cuatro meses.

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AFP

El presidente afgano, Hamid Karzai, emitió ayer un decreto para disolver a las compañías de seguridad privadas que actúan en Afganistán en un plazo de cuatro meses. Este invocó la necesidad de "mejorar la seguridad, proteger las vidas del pueblo, evitar desórdenes de seguridad y el mal uso de uniformes militares que han causado algunos sucesos mortales" para justificar su decisión.

"Tras una profunda reflexión sobre el asunto, ordeno la disolución de las compañías de seguridad extranjeras y locales en cuatro meses", dijo el presidente en el decreto.

Karzai aclaró que los miembros afganos de estas firmas podrán alistarse en la Policía, con o sin sus armas, una gestión de la que se encargará el Ministerio del Interior. "Si las compañías no quieren vender sus armas, pueden llevarlas a sus países, pero los visados de su personal (extranjero) serán cancelados", amplió el presidente.

Las firmas que no estén registradas por el Gobierno serán consideradas ilegales y las autoridades se incautarán de sus instalaciones y sus armas.

EE. UU., por una retirada gradual

El Gobierno de Estados Unidos dijo el lunes que comparte con Afganistán el objetivo de prescindir de estas empresas, pero consideró que aún no ha llegado el momento y se mostró a favor de una retirada gradual, ya que el plazo de cuatro meses supone un "desafío".

En Afganistán hay actualmente 52 compañías de seguridad privada, la mayoría extranjeras, aunque solo una veintena de ellas están registradas por la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), que opera bajo el paraguas de la OTAN.

Las compañías, frecuente objetivo de los insurgentes talibanes, escoltan a convoyes internacionales por el país, y la prensa extranjera se ha hecho eco de casos en los que pagaban sobornos a los insurgentes para que no los atacaran.

Karzai se ha prodigado además en sus críticas a esas compañías y llegó a calificar a sus trabajadores de "ladrones de día y terroristas de noche" que actuaban contra el interés de Afganistán y obtenían salarios "ilegales".

Las compañías de seguridad llevan días en el ojo público tras un accidente de tráfico ocurrido el 30 de julio cerca del aeropuerto de Kabul en el que se vio implicado un vehículo de la empresa estadounidense DynCorp. El suceso dejó varias víctimas civiles y propició que una multitud incendiara el vehículo y cantara eslóganes como 'Muerte a América'.