ASEGURA QUE NO HA HABIDO VÍCTIMAS

Israel aborda otro barco con ayuda humanitaria

La tripulación del barco irlandés 'Rachel Corrie' había ignorado los llamamientos de los dos navíos militares de Israel que le acompañan desde esta mañana para que ponga rumbo al puerto israelí de Ashdod.

Momento en que tropas israelíes abordan el barco
Israel captura otro barco con ayuda humanitaria
EFE

El Ejército de Israel abordó a media mañana el barco irlandés 'Rachel Corrie' sin que se produjeran víctimas, dijo una portavoz militar israelí.


El Ejército de Israel abordó el barco irlandés Rachel Corrie, el último de la Flotilla de la Libertad, cuyo fin era romper el bloqueo israelí a Gaza, tras el asalto el pasado lunes a otros seis navíos, que se saldó con la muerte de nueve activistas.


El abordaje no causó víctimas y lo realizaron en aguas internacionales navíos militares israelíes que desde el amanecer navegaban junto a la embarcación irlandesa, cuya tripulación y pasaje no ofrecieron resistencia.


La operación se llevo a cabo después de que el barco irlandés ignorara cuatro llamamientos de los buques del Ejército de Israel para que atracara en el puerto de Ashdod, al norte de Gaza, en vez de tratar de hacerlo en la franja palestina.


Según la versión del Ejército israelí, el abordaje tuvo lugar con "la complacencia" de los ocupantes de la embarcación irlandesa, lo que fue desmentido por el Free Gaza Movement, uno de los grupos que había organizado la expedición pacifista.


"Nadie en el barco dio su complacencia al abordaje. Nadie a bordo quería hombres armados", precisó ese grupo en Twiter, donde denunció que Israel no considere "un acto de violencia" asaltar militarmente un barco civil en aguas internacionales y cambiar su rumbo.


"Si no obedecen, tendremos que abordar el barco", había amenazado poco antes del ataque una portavoz del Ejército israelí, Avital Leibovich, en declaraciones a la cadena británica BBC.


La amenaza concretaba las advertencias que Israel había reiterado en los últimos días de que impediría por la fuerza que el Rachel Corrie llegara a Gaza.


Tras el abordaje, el Ejército israelí conducía el barco a Ashdod, donde el Rachel Corrie se había negado a atracar tras rechazar ayer una oferta de Israel para desembarcar en ese puerto israelí la ayuda humanitaria que transporta para la población de Gaza.


El Rachel Corrie lleva 1.200 toneladas de ayuda humanitaria y entre su veintena de ocupantes figuran la premio Nobel de la Paz norirlandesa Mairead Maguire y un ex subsecretario general de Naciones Unidas, el irlandés Denis Halliday.


El Ejército israelí asaltó el lunes, en aguas internacionales, los otros seis barcos de la Flotilla de la Libertad y mató a nueve activistas turcos -uno de ellos con doble nacionalidad turco-estadounidense- e hirió a decenas de ellos en la única embarcación donde encontró resistencia, el Mavi Marmara.


El sangriento abordaje supuso la mayor matanza de activistas internacionales cometida en sus más de seis décadas de existencia por el Estado de Israel, que lo justificó con el argumento de que algunos integrantes de la flotilla tenían conexiones terroristas.


Además de su misión humanitaria, la flotilla tenía la intención de denunciar el bloqueo israelí de Gaza desde que hace tres años la franja palestina pasara a control del movimiento islamista Hamas.


Desde entonces, el millón y medio de personas que vive en Gaza -de 40 kilómetros de largo por 10 de ancho y una de las zonas con mayor densidad de población del planeta- padece una grave crisis humanitaria por la falta de casi todo tipo de suministros.


Israel basa su bloqueo en la premisa de impedir el abastecimiento armamentístico de Hamas, pero en los convoyes de aprovisionamiento que solo permite que entren con cuentagotas en Gaza no consiente que figuren productos alimentarios como el chocolate y los zumos.


Estas restricciones, que también incluyen materiales como los textiles, han conducido a las organizaciones de defensa de los derechos humanos a calificar el bloqueo de "castigo colectivo".


El Rachel Corrie había retrasado su llegada a la región respecto al resto de la flotilla por problemas técnicos.


El nombre del barco irlandés está cargado de simbolismo; Rachel Corrie era una activista norteamericana que en 2003 fue aplastada en Gaza por una excavadora militar israelí cuando ejercía de "escudo humano" para impedir la demolición de viviendas palestinas.


La crisis suscitada por el abordaje de la Flotilla de Libertad ha desatado una ola de críticas internacionales contra Israel que en sólo comparable a la que motivó su ofensiva militar de hace más de un año en Gaza, en la que murieron 1.400 palestinos, en su mayoría civiles, y 5.000 resultaron heridos.


A esta oleada de criticas no se ha sumado el principal aliado de Israel, Estados Unidos, cuyo presidente, Barak Obama, dijo el jueves que comprende "la preocupación de Israel por su seguridad" aunque pidió una investigación que cuente con supervisión internacional.


Portavoces de la Casa Blanca fueron, no obstante, más lejos y defendieron la necesidad de aliviar el padecimiento en la franja palestina con un cambio de las condiciones del bloqueo israelí.