ORIENTE PRÓXIMO

Israel confirma haber cometido errores en la guerra del Líbano

"Una organización paramilitar (Hezbolá) resistió al Ejército más potente de Oriente Próximo durante semanas", reconoce el informe.

La comisión constituida para analizar el papel de las instituciones israelíes durante la invasión de Líbano de 2006 reveló las conclusiones de su informe, que si bien dejaron "satisfechos" al Gobierno, detectan "graves fallos" en algunos puntos. Así, el presidente de la Comisión, Eliahu Winograd, recordó durante la lectura que el despliegue no sólo "no logro ninguno de los objetivos militares", sino que se equivoco en aspectos como la protección de la población civil o los procesos de toma de decisiones, tanto en el ámbito político como el militar.


Las esperadas conclusiones fueron presentadas en una rueda de prensa televisada y dejó satisfecho al entorno cercano del primer ministro, Ehud Olmert, según afirmaron fuentes próximas al dirigente. Sin embargo, no es ni mucho menos benevolente con su gestión, ya que detecta "graves fallos en el proceso de toma de decisiones y en el trabajo preparatorio, en los niveles político y militar y en la interacción entre ellos" durante los enfrentamientos con Hezbollah.


En este sentido, Winograd citó errores en las órdenes entre las distintas jerarquías militares, "especialmente en las fuerzas de tierra", tanto en la adopción como en la transmisión y ejecución final de estas órdenes. Además, "encontramos graves fallos en todo lo concerniente a la defensa de la población civil y los desafíos derivados de las explosiones que sufrieron", añadió.


La Comisión remitió copias del informe a Olmert y al Estado Mayor del Ejército israelí poco antes de hacer público el resumen de los 500 folios de investigación durante los meses e incluso años previos a la guerra del 12 al 14 de agosto de 2006, así como durante el conflicto en sí. Los enfrentamientos durante este periodo dejaron unas 1.200 bajas en el lado libanés, la mayoría de ellas de civiles, y 159 en el bando israelí.


A juicio de la Comisión, la justificada ofensiva fue una "gran y seria oportunidad perdida", ya que "Israel se embarco en una guerra prolongada que él mismo inicio pero que concluyó sin una clara victoria desde el punto de vista militar". No obstante, todos los miembros "quedaron convencidos de que tanto el primer ministro como el ministro de Defensa operaron en base a potentes y honestos criterios en favor de lo que consideraron necesario en interés de Israel", tal y como relató el ex juez Winograd.


Sin embargo, a la de cal le siguió otra más de arena, porque el grupo formado no entiende cómo "una organización paramilitar resistió al Ejército más potente de Oriente Próximo durante semanas". Winograd hizo especial hincapié en que los milicianos libaneses pudieron seguir lanzando cohetes contra territorio israelí a lo largo de todo el conflicto, pese a que imposibilitar esos ataques era prioritario.

Olmert toma nota

 

Olmert ha tomado buena nota de los detalles del informe, o al menos así lo aseguró en un comunicado remitido por su oficina una vez conocido el estudio, en el que se afirmó que sería tratado con "completa seriedad". Además, en los próximos días comenzará previsiblemente un "proceso de implantación de las recomendaciones", agregó la nota.


En cualquier caso, las conclusiones conocidas respecto a un hecho datado en 2006 no afectarán al Gobierno de Olmert, y particularmente al cargo de primer ministro, pese a que algunas informaciones anticipaban ya alguna medida de urgencia, incluso dimisiones. "No habrá elecciones", apuntó al respecto el ministro de Finanzas, Ronnie Bar-On, antes de la conferencia de Winograd, mientras desde su gabinete se rechazó la retirada del jefe del Ejecutivo.