ISLANDIA

Islandia puede entrar en la UE en 2011 tras un proceso acelerado de negociación

Islandia podría entrar en la UE a partir de 2011, ya que gran parte de su legislación cumple con los estándares comunitarios, lo cual acelerará sustancialmente el proceso de adhesión, aseguraron fuentes comunitarias.


Aunque no hicieron ningún cálculo temporal, las fuentes dieron por hecho que las habituales negociaciones por capítulos serán más rápidas con Islandia que las iniciadas con Croacia y Turquía en octubre de 2005. Además, calificaron de "realista" la previsión de la primera ministra islandesa, Jóhanna Sigurdardóttir, de que la isla sea ya miembro de la UE dentro de dos o tres años y medio.


Islandia es socio desde hace cuarenta años de la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC) y lleva quince en el Espacio Económico Europeo (EEE), circunstancia que armoniza sustancialmente sus leyes con el acervo comunitario.


De este modo, el caso islandés puede ser similar al de Finlandia, Suecia y Austria, que entraron en la UE en 1995 sólo catorce meses después de presentar su candidatura.


El comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, ha sugerido en alguna ocasión que Islandia y Croacia podrían convertirse en socios comunitarios al mismo tiempo.


La previsión es que Croacia entre en la UE en 2011, pero las negociaciones están paralizadas debido al veto de uno de los miembros de la Unión, Eslovenia, por un litigio fronterizo.


Más complicado es el caso de Turquía, debido a las serias reticencias de Francia y Alemania.


En el momento en el que Islandia solicite formalmente su candidatura, previsiblemente la próxima semana, el Consejo invitará a la Comisión a dar su opinión sobre la misma.


En caso de un pronunciamiento favorable, se abrirán las negociaciones de adhesión con los Veintisiete.


La apertura de las negociaciones de adhesión no es garantía de que el país termine convirtiéndose en miembro del club, dado que la decisión final deberá ser confirmada por el pueblo islandés en referéndum.


En 1995 los noruegos echaron atrás el intento de su Gobierno de entrar en la Comunidad Europea, entre otras razones para no perder soberanía sobre los recursos pesqueros, argumento que podría desempeñar otra vez un importante papel en el caso islandés.


Además, por el momento, toda ampliación de la UE se encuentra paralizada de facto mientras no se resuelva la incertidumbre en torno al Tratado de Lisboa, que contiene los cambios institucionales necesarios para que funcione una Europa de treinta o más miembros.


La ratificación del nuevo tratado está pendiente todavía en cuatro países: Irlanda, que debe celebrar un segundo referéndum el 2 de octubre; República Checa, Polonia y Alemania.