India empezó a conmemorar el jueves el primer aniversario de los sangrientos atentados de Bombay, el 26 de noviembre de 2008, con una serie de ceremonias en homenaje de las 166 personas asesinadas por el comando armado que perpetró la acción.

Las fuerzas armadas indias, muy criticadas el año pasado por no haber previsto los ataques, desfilaron el jueves por la mañana por Bombay, con numerosos equipos adquiridos en el marco de una remodelación financiada por el gobierno con 27 millones de dólares para reforzar la seguridad.

A lo largo del día estaban previstas numerosas oraciones públicas cerca de los lugares donde fallecieron las víctimas, entre las que hubo 25 extranjeros.

Representantes religiosos y diplomáticos de los países de los que procedían las víctimas extranjeras encendieron velas el miércoles por la noche en una sinagoga de Bombay, haciendo un llamamiento a luchar contra el extremismo en el mundo.

En la tarde del 26 de noviembre de 2008, diez hombres fuertemente armados y que llegaron a Bombay en barco, asaltaron dos hoteles de lujo, un restaurante, un centro cultural judío y la principal estación ferroviaria.

Durante sesenta horas ese asalto, seguido por las televisiones del mundo entero, cortó la respiración de la opinión pública india, que acusó del ataque al vecino y rival Pakistán.

El primer aniversario de la tragedia llega en un contexto en que el gobierno indio sigue manteniendo la presión sobre Islamabad para que erradique los movimientos terroristas extremistas presentes en su territorio.

India y Estados Unidos acusan a un grupo armado extremista musulmán Lashkar-e-Taïba (LeT), basado en Pakistán, de haber organizado y perpetrado los ataques de Bombay.

Nueva Delhi afirma que los diez asaltantes paquistaníes, de los que sólo sobrevivió uno, recibieron apoyo logístico de los servicios secretos paquistaníes.

Un tribunal especial de Pakistán acusó formalmente a siete paquistaníes de haber participado en la preparación de los ataques en Bombay, anunció el miércoles uno de sus abogados.