EL SALVADOR

Ignacio Ellacuría: 20 años sin justicia ni olvido

Funes, ex alumno de la UCA y miembro del FMLN, condecora a los jesuitas españoles asesinados en un acto sin precedentes.

Juan Antonio Ellacuría (d), hermano del jesuita asesinado, junto al presidente Funes (i)
Ignacio Ellacuría: 20 años sin justicia ni olvido
J. CABEZAS/AFP

"Yo oí los tiros, me desperté y pensé que era un enfrentamiento entre el Ejército salvadoreño y la guerrilla. A la mañana siguiente, al saber del crimen, sentí como si me hubieran quitado el suelo, que me caería". Para el actual rector de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador, el jesuita José María Tojeira, el 16 de noviembre es un día de recuerdos duros, los de aquella madrugada de 1989 en la que una unidad especial del Ejército salvadoreño entró en el campus de la UCA, en la casa donde vivía su rector, el español Ignacio Ellacuría, junto a Ignacio Martín Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Segundo Montes, también españoles, el salvadoreño Joaquín López, la cocinera Elba Julia Ramos y su hija Celina, de 16 años.

 

Los militares les acribillaron a todos justo cuando la guerrilla lanzaba su mayor ofensiva contra la capital y poco después de que el propio Ellacuría pensara que podía prosperar el diálogo. El motivo: investigar, denunciar abusos y defender la libertad de los salvadoreños.

 

Dos décadas después de aquel crimen, no ha habido justicia, pero tampoco olvido. Cada aniversario la UCA ha recordado a sus mártires, con la impotencia que ofrece el que desde 1993 las únicas dos personas que fueron condenadas por los asesinatos fueran indultadas por la Ley de Amnistía, una norma que dejó impunes los crímenes cometidos durante la guerra civil salvadoreña (1980-1992), que se cobró más de 75.000 vidas.

 

No obstante, la Audiencia Nacional española aceptó este año investigar a 14 militares por estos crímenes, un proceso abierto.

 

Cientos de personas recordaron a los asesinados pero, en este aniversario, el guión cambió. Por primera vez el Gobierno se unió al recuerdo y el presidente Mauricio Funes, ex alumno de la UCA y miembro del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), la antigua guerrilla reconvertida en partido que gobierna el país desde el 1 de junio, concedió ayer la mayor distinción de este país a título póstumo a los sacerdotes asesinados, la Orden Nacional José Matías Delgado, "por servicios extraordinarios prestados al país" en educación, Derechos Humanos, combate de la pobreza y para lograr la paz y la democracia, según dijo el propio Funes al hacer el anuncio.

 

La distinción fue recibida por familiares y amigos jesuitas de los asesinados.

Aunque Funes admitió que no le corresponde a él juzgar el asesinato de los jesuitas sino a los tribunales, reclamó dejarse de hipocresía, aclarar los hechos y evitar repetir los errores del pasado.