LÍBANO

Hezbolá convierte una huelga general en una nueva batalla campal contra el Gobierno de Líbano

El pulso por el poder iniciado contra el Gobierno en noviembre de 2006 por el partido opositor Hezbolá se reavivó cuando miembros del grupo proiraní bloquearon las principales calles de Beirut con barricadas, paralizando gran parte de la ciudad en apoyo a una huelga general convocada en protesta por la carestía de la vida en el Líbano.


El despliegue masivo de las fuerzas de seguridad y del Ejército no impidió los disturbios que, en numerosos barrios, enfrentaron a seguidores del partido de la Corriente Futuro presidido por el líder antisirio sunita, Saad Hariri, con los del movimiento chií, que causaron al menos diez heridos y costosos daños materiales. Entre los afectados, se contaron dos soldados, dos periodistas y dos miembros de la agrupación de Hariri, que resultaron alcanzados por el estallido de una granada lanzada contra la sede oficial de la formación en el popular barrio de Nueiri.


La tensión entre el Gobierno y Hezbolá, materializada en la falta de acuerdo desde hace cinco meses para nombrar un presidente, estallaba abruptamente el martes, cuando el gabinete acusó a la oposición de violar la soberanía libanesa al operar su propia red de comunicaciones e instalar cámaras espías en el aeropuerto. No en vano, los incidentes más graves se registraban en la carretera de acceso a esta instalación, donde obstáculos de arena, neumáticos incendiados y automóviles viejos arrastrados por seguidores de Hezbolá impidieron el tránsito de miles de viajeros. El tráfico aéreo tuvo que ser suspendido.


El empeoramiento de la situación llevó al a Confederación General de Trabajadores Libaneses, próxima a la oposición, a sus pender las concentraciones programadas en Beirut dentro de la huelga general por miedo a una escalada.