PALESTINA

Hamás y la UNRWA pugnan por sus campamentos de verano en Gaza

El movimiento islamista y la organización dependiente de la ONU ofertan varias actividades para los niños palestinos, generándose una fuerte competencia entre ellos.

Varios niños juegan en un campamento organizado por la URNWA
Hamás y la UNRWA pugnan por sus campamentos de verano en Gaza
EFE

El movimiento islamista Hamás y la UNRWA mantienen con el comienzo del verano una pugna silenciosa por atraer al mayor número de niños de Gaza a sus respectivos campamentos, en los que quedan patentes las diferencias ideológicas y religiosas.


La competencia ha aumentado este año y tanto Hamás, que gobierna Gaza, como la UNRWA, el organismo de la ONU de ayuda a los refugiados palestinos, han tratado de ganar la partida con grandes carteles y letreros en los que instan a los padres a registrar sin demora a niños y adolescentes en sus respectivos campamentos.


Los parques, patios de recreo y lugares de entretenimiento que jalonan otras partes del mundo son una quimera en la deprimida y densamente poblada Gaza, donde se apiñan más de un millón y medio de palestinos, en su mayoría menores de 18 años.


Por ello, cuando llega el verano, las familias de Gaza optan por enviar su prole a campamentos infantiles... pero ¿a cuál?


La UNRWA y Hamás han montado centenares de campamentos y, de acuerdo a diversos observadores, se ha creado una suerte de disputa entre sus iniciativas.


Los campamentos de la UNRWA atraen cada año a unos 250.000 niños, una número que apenas ha variado en las cinco ediciones que lleva organizando estas actividades, según uno de sus portavoces, Christopher Gunness, mientras que Hamás no da cifras de participación.


Los islamistas se han tomado el reto en serio y han recurrido a todas sus páginas de internet, radios locales y cadenas de televisión para lanzar el mensaje de que sus campamentos ofrecen el cuidado y la educación adecuados para las nuevas generaciones.


Además, su Gobierno ya había declarado antes 2011 «año de los jóvenes».


Hamás también ha echado mano de la influencia de mezquitas y ha distribuido camisetas blancas y gorras verdes con su logotipo.


Pese a las grandes campañas, las dos opciones presentan diferencias ideológicas que dividen a los padres en función de sus afinidades y posiciones.


El organismo de Naciones Unidas prima la faceta del entretenimiento y, de hecho, el nombre oficial de sus campamentos es 'Los juegos de verano'.


«Esperamos dar un sentido de diversión y normalidad como el que los niños tienen en otras partes del mundo», explica a Gunness, quien subraya el carácter «no político» de la propuesta.


Deportes, pintura, cerámica, teatro, danza o excursiones son algunas de las actividades que se desarrollan en sus 1.200 campamentos, en los que este año tratarán de lograr cuatro récords Guinness: número de regates futbolísticos, de cometas y paracaídas de juguete volando simultáneamente, y mayor dibujo formado por señales de manos.

Vocación religiosa

En cambio, los campamentos del grupo islamista se centran en la enseñanza de la «cultura y educación musulmana», como sus normas, valores y principios y las raíces del Corán, señala uno de sus organizadores y dirigente de Hamás, Musa Samak.


No obstante, los promotores también buscan entretener con sesiones de fútbol, natación o equitación a los más pequeños, que vienen de nueve meses de clases y exámenes.


«La organización está basada en el papel que los jóvenes de Gaza han desempeñado en las revoluciones de cambio en el mundo árabe y se centra en su papel pionero en la reconstrucción de una sociedad palestina tradicional y comprometida», cuenta Samak.


Los líderes y tutores de Hamás, que aplican al descanso estival tareas similares a las que efectúan en las mezquitas, han bautizado este año los campamentos como «de apoyo a la juventud» o «del retorno», en referencia a los refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus hogares en el actual Israel.


Husam Ahmad, responsable del departamento de refugiados, próximo a Hamás, acusa a los campamentos de la UNRWA de ir «contra las costumbres y principios del islam» y «centrarse únicamente en el entretenimiento, sin aportar valores educacionales».


En cuanto a la división entre sexos, los campos de Hamás suelen separar varones y hembras, mientras que la UNRWA establece un turno para ellos y otro para ellas.


«Decidimos aislar chicos y chicas para evitar las críticas de grupos islamistas», reconoce la UNRWA en un comunicado.


En los últimos tres años, sus campamentos han sido atacados o incendiados en varias ocasiones, aparentemente por yihadistas, a lo que se suma el cierre al que forzaron la pasada semana decenas de palestinos sin hogar indignados ante la lentitud de la reconstrucción de sus casas por la UNRWA.