PAZ PARA ORIENTE PRÓXIMO

Hamás quiere acabar con el proceso de paz

Hablan de atentados suicidas contra Israel y de que Abás no tiene derecho a negociar en nombre de los palestinos.

El portavoz de Hamás (d), Abú Obaida, rodeado de militantes del movimiento, el jueves en Gaza.
Hamás quiere acabar con el proceso de paz
M. SABER/EFE

Se acabó la ceremonia de Washington. Comienzan las negociaciones de paz cara a cara, lastradas desde su arranque por la urgencia de resolver la cuestión de la congelación de los asentamientos antes de que expire el día 26, y por el hostigamiento del terror.

Cuando apenas se había puesto fin al guión de los apretones de manos y las fotos en presencia de Barack Obama, Hamás lanzaba desde Gaza en coordinación con otras 13 milicias palestinas una declaración de violencia. Contra Israel, al que han amenazado con una cadena de atentados "más efectivos" incluidos ataques suicidas, pero también contra el presidente Mahmud Abás, al que han dirigido la advertencia de que "no tiene derecho a hablar en nombre de los palestinos".

Este mensaje registraba eco y apoyo desde Teherán hasta el Líbano, donde el guía de la milicia chiita Hezbolá, Hassán Nasrala, proclamaba que "Palestina es propiedad de los árabes y los musulmanes" y que no permitirán que nadie ceda en su nombre "ni un grano de tierra ni una gota de agua". Y sentenciaba: "Estas negociaciones han nacido muertas".

Pero tampoco los otros dos mandatarios árabes que han estado presentes en la reanudación de las conversaciones, -el presidente egipcio Hosni Mubarak y el rey jordano Abdalá II, los "moderados" más próximos a Estados Unidos-, escapaban al rechazo radical.

Visita cancelada

El Cairo cancelaba ayer una visita programada para el lunes del ministro de Exteriores iraní, Monouchehr Mottaki, por unas palabras en las que reprochaba entreguismos. "Algunos líderes que siguen las órdenes americanas deben entender que están traicionando a nuestras naciones", fue su crítica, según informó la agencia semioficial iraní Fars News.

Uno de los jefes del ala más extremista de Hamás y más partidario de que el único lenguaje para combatir a Israel es el de la fuerza, Mahmud al Zahar, subrayaba esta semana que el objetivo final no es hacer descarrilar las negociaciones. "Liberamos Gaza, y ahora estamos buscando liberar Cisjordania", decía. Los atentados del martes y miércoles cerca de Hebrón y Ramala, -en los que murieron cuatro colonos judíos-, son prueba de que las brigadas armadas del movimiento islamista, que han reivindicado los ataques, pueden tener una capacidad operativa en los territorios.

Cuando el proceso de Oslo empezó, también se intensificó la violencia. Sobre la posibilidad de que un baño de sangre pudiera ahogar las nuevas negociaciones, el primer ministro israelí ya se adelantó el jueves en su discurso de Washington al asegurar: "El terror no evitará que continuemos".

Hay pocas razones para el optimismo en esta nueva ronda de conversaciones. Entre las pocas, los analistas apuntan a lo esperanzador de que Israel y la Autoridad Nacional Palestina no se hayan enredado ya en una espiral de acusaciones mutuas a cuenta de los últimos asesinatos.

Por el contrario, Israel ha confiado en las Fuerzas de Seguridad palestinas, que han practicado ya 300 detenciones a la caza de culpables, sin duda incendiando la ira de Hamás.

El otro aspecto positivo que hace "dramáticamente diferente" este intento de paz, -escribía el columnista del 'Yedioth Ahronoth' Nahum Barnea-, es el hecho de que la mediación estadounidense estará sentada desde el principio en la mesa de diálogo, y no esperarán a una fase final para incorporarse. Habrá que hablar en directo y a tres. La primera cita Netanyahu-Abás está prevista para dentro de una semana y media en la ciudad egipcia de Sharm el Sheikh.

Soluciones intermedias

No obstante, las buenas formas y la "diferencia" norteamericana se pondrán a prueba el 26 de septiembre, fecha señalada en rojo como la del fin de la congelación limitada impuesta al avance de las colonias judías.

Entre la exigencia palestina de que esa congelación se declare definitiva y ampliada a Jerusalén Este y la aspiración de los colonos de que se anule por completo y se permita la construcción masiva, ya se filtran soluciones intermedias.