ANÁLISIS

Hacia un futuro 'gobierno económico'

Los socios europeos darán batalla para evitar que los déficits excesivos terminen por minar lentamente la estabilidad de sus economías.

Los socios de la zona del euro están dispuestos a dar batalla para evitar que los déficits excesivos, como una enfermedad crónica, acaben minando lentamente la estabilidad de sus economías. Para ello, han comenzado a acercarse a un futuro 'gobierno económico'.


En este sentido, está previsto que el año que viene, según propuso ayer al término de la cumbre de Bruselas la canciller alemana, Angela Merkel, se comiencen a debatir detalles para el diseño de un primer borrador de ese instrumento, decisivo para evitar algunas cacofonías nocivas en materia económica en Europa. Se trata de un avance significativo, a falta de que se concrete, dado que la 'gobernanza económica' de Europa era un concepto por el que apostaba desde hace tiempo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, pero al cual se resistía Berlín.


La cumbre de los Veintisiete socios europeos, que pone fin al semestre belga al frente de la UE, ha logrado aprobar un mecanismo de rescate permanente para el euro, actualmente dotado con 750.000 millones de euros, pero que expira en 2013, que fue creado en mayo tras la crisis de deuda griega.


Con ello, se logran disipar los temores a que se produzcan nuevas crisis de deuda, como la que estalló en abril en Grecia, y que obligó a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) a poner sobre la mesa 110.000 millones, como préstamo a tres años, para salvar a Atenas de una eventual suspensión de pagos.


El segundo susto para Europa vino en octubre, con la crisis en Irlanda, la cual obligó a la UE y al FMI a activar por primera vez desde su creación en mayo el fondo de salvamento (por 750.000 millones) y prestar a Dublín 85.000 millones, para apuntalar su sector bancario.


Un par de frases

Por deseo de Alemania, para que ese mecanismo permanente tenga validez jurídica, se aplicarán leves retoques al Tratado de Lisboa, con apenas un par de frases. Se trataba de evitar que Berlín enfrente problemas con su Tribunal Constitucional, además de evitar reabrir el debate institucional (con nuevos referendos) en la Unión.