ORIENTE PRÓXIMO

Gaza trata de volver a la normalidad tras la destrucción causada por Israel

El trágico recuento de víctimas mortales en las tres semanas de constantes bombardeos aéreos israelíes e intensos combates terrestres es de 1.310, de los que 420 son menores, mientras que los heridos ascienden a 5.500.

Varias personas, entre los escombros de la que fuera su vivienda, destruída durante la ofensiva israelí
Gaza trata de volver a la normalidad tras la destrucción causada por Israel
EFE

La población de la franja de Gaza trataba de regresar a la normalidad tras el alto el fuego declarado de forma separada por Israel y Hamás, para encontrarse un escenario de devastación tras 22 días de ofensiva militar israelí.


Los miles de palestinos que se vieron obligados a dejar atrás sus hogares y a refugiarse en viviendas de familiares o en improvisados refugios, como escuelas de la ONU, se despertaron conmocionados y aturdidos por el grado de destrucción en las calles.


El trágico recuento de víctimas mortales en las tres semanas de constantes bombardeos aéreos israelíes e intensos combates terrestres es de 1.310, de los que 420 son menores, mientras que los heridos ascienden a 5.500, según el portavoz del servicio de emergencias del Ministerio de Sanidad en Gaza, Moawiya Hasanín.


Los equipos de rescate de la franja se afanan en localizar cadáveres sepultados bajo los escombros de edificios destruidos.


Fueron hallados los cuerpos sin vida de una decena de personas: cuatro en el este del campo de refugiados de Yabalia, en el norte de Gaza, y seis en la localidad de Beit Lahia, y los barrios de Tufah y Zeitún, en la capital de la franja.


A estos trabajos se suma el de las excavadoras que tratan de limpiar calles y carreteras para permitir que se reanude el tráfico.


El Ministerio de Vivienda de Hamás cifró en 4.000 el número de casas completamente destruidas y en más de 20.000 las que han sufrido algún tipo de daños, mientras que las pérdidas materiales ascienden a más de 1.500 millones de dólares.


Centenares de casas fueron arrasadas en los barrios Zeitún y Tel Hawa, en el sur de Gaza, y Shajaía, al este de la ciudad, así como en las poblaciones del norte de la franja.


Grandes agujeros en bloques de viviendas, paredes ennegrecidas e inmobiliario calcinado, son los vestigios de los impactos de los cohetes disparados desde el aire por aparatos israelíes y de los bombardeos de tanques.

Tristeza


La sensación que impera entre el millón y medio de habitantes de la franja es de una tristeza que se refleja en la cara de la gente, en la que se mezcla la desesperación, la rabia y el sentimiento de pérdida.


Los tanques y carros de combate israelíes también han dejado las huellas de sus orugas en terrenos y campos agrícolas alejados de los núcleos urbanos, que eran en muchos casos una de las principales fuentes de ingresos y espacios de esparcimiento de las familias.


Los dos lugares más admirados en el corazón de la ciudad de Gaza, de arquitectura moderna, como la plaza donde se ubica el Parlamento palestino y un cruce próximo al edificio al-Saraya que alberga los principales cuarteles de seguridad, han sufrido severos daños.


Ambos se encuentran en el barrio Rimal, así como la sede parlamentaria, próxima a la zona donde se emplaza el monumento al soldado desconocido, que se ha convertido en un amasijo de cables de electricidad y bloques de cemento.


El cruce de Omer a-Mukhtar ha sufrido la misma suerte, y un complejo que albergaba comercios y el Banco de Palestina quedó reducido a piedras y polvo.


Las fuerzas policiales de Hamás retomaron el control en la franja, donde las tropas israelíes continúan el repliegue.


En el norte de Gaza se registraron enfrentamientos esporádicos entre tropas israelíes y milicianos de las Brigadas de Hizbulá en Palestina y del Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP), que no se adhirieron a una tregua que no ha frenado la beligerancia verbal de las milicias.


Hamás intenta hacer pasar el alto el fuego como una victoria, y el portavoz de su brazo armado, las Brigadas de Azedín Al-Kasem, Abu Obaida, declaró que su capacidad armamentística no se ha visto afectada por la ofensiva israelí.


"Desarrollaremos nuestro arsenal de cohetes y capacidad de atacar. Nuestra decisión de suspender los ataques ha sido independiente", aseveró, en alusión al alto el fuego también unilateral que, doce horas antes que Hamás, había declarado Israel.