RESCATE EN CHILE

Explosión de júbilo y euforia

El minero Pablo Rojas levanta los brazos en señal de victoria después de ser rescatado de la mina.
Explosión de júbilo y euforia
RODRIGO ARANGUA/AFP

El júbilo y la euforia inundaron ayer el yacimiento San José al iniciarse el rescate de los mineros, un hito histórico que quedará para siempre en la memoria y en el corazón de varias generaciones de chilenos.


La gesta de estos 33 hombres llegó a sus horas finales en madrugada de ayer, cuando pasados unos minutos de la medianoche (hora chilena) emergió de las entrañas de la tierra Florencio Ávalos, el primer obrero rescatado.


El campamento Esperanza estalló entonces en un grito de alegría desbordante al ver cómo el milagro se hacía realidad y cómo los obreros comenzaban a recuperar su libertad, sepultada desde que el pasado 5 de agosto un derrumbe los dejó a 700 metros de profundidad.


Alberto Ávalos, con un nieto en brazos, vio por las pantallas de televisión instaladas en el campamento cómo la tierra le devolvía a su hijo Florencio, mientras decenas de cámaras pugnaban por registrar cada uno de sus gestos.


Era el resultado de los preparativos que se habían acelerado desde primera hora del martes, en una jornada que puso punto final a una larga espera, con una simbólica despedida de Laurence Golborne, el emblemático ministro chileno de Minería a quien los familiares le dijeron: "¡Le vamos a echar de menos!".


El cierre definitivo de la mina


Testigo de primera fila fue el presidente de Chile, Sebastián Piñera, que al caer la noche se encontró con las familias de los obreros, mientras unos niños jugaban a las paletas, ajenos al momento crucial.


El máximo dirigente chileno explicó que se habían "acortado los plazos" porque al comienzo "la operación de rescate de cada minero tomaba una hora". Finalmente, este periodo se pudo reducir incluso a media hora.


Piñera confirmó, finalmente, que la mina San José no seguirá operando, tal y como habían apuntado anteriormente sus propietarios. Sin embargo, el presidente aseguró a los mineros que se ocupará de conseguirles un puesto de trabajo. "El Gobierno se ha preocupado desde le primer día de que reciban sus salarios y por supuesto va a seguir ocupándose ahora", aseveró.


Con cantos religiosos, banderas chilenas y fogatas para aplacar la gélida noche del desierto, los familiares siguieron los pormenores del ensayo previo al rescate, mientras una avalancha de periodistas se preparaban para narrar todos los detalles.


Ya comenzado el operativo, los centenares de personas, entre familiares, rescatadores y comunicadores, que atestaban el pequeño campamento, se apostaban ante las pantallas instaladas por las televisiones nacionales para seguir en vivo el rescate. Todas las miradas se centraron entonces en Mario Sepúlveda, el segundo minero que salió a la superficie, el animador y presentador de los vídeos que los obreros grabaron en su refugio, el que deslumbró con su sentido del humor a toda prueba.


Tras él le llegó el turno a Juan Illanes y, más tarde, al boliviano Carlos Mamani, el único extranjero del grupo. Dionisia Ana, madrina del matrimonio de Mamani con Verónica Quispe, esperaba el momento de verlo aparecer en la cápsula de hierro mientras su hijo de cinco años ahuyentaba a la prensa: "Fuera, fuera, quiero ver la tele".


Porque la multitud de cámaras de televisión que los rodeaban tapaban incluso la pantalla por la que los familiares de Mamani seguían su ascenso en la cápsula, a la que aún le queda un arduo trabajo hasta que todos, los 33 y los rescatadores, estén de vuelta.


Rechaza la oferta de Morales


Mamani agradeció la oferta que le hizo personalmente el presidente Evo Morales de regresar a su país, pero por el momento se quedará en Chile. Morales llegó ayer a Copiapó, a 800 kilómetros al norte de Santiago, y se trasladó a la mina San José para visitar a Mamani, quien desde su rescate, permanece en el hospital de campaña sometido a observación médica.


Por su parte Evo Morales indicó que el rescate de su compatriota "une mucho más a Chile y Bolivia". "Es un hecho histórico e inédito que une cada día más y más. Trae una mayor confianza entre Bolivia y Chile y, sobretodo, entre los presidentes", señaló.


Ya ha comenzado a escribirse parte de una historia que, a buen seguro, marcará un antes y un después en la trayectoria de este país.