LOS DESASTRES DE LA GUERRA

El señor X de los falsos positivos

El ex presidente Uribe es desde hoy, tras la investidura de su sucesor Santos, un ciudadano corriente. Como tal podría ser investigado por los crímenes de lesa humanidad ocurridos durante su etapa al frente del Gobierno.

Familiares de un desaparecido lloran durante una ceremonia en el departamento de Magdalena (Colombia).
El señor X de los falsos positivos
GERVASIO SáNCHEZ

Desde hoy el ex presidente Álvaro Uribe Vélez es un ciudadano común y corriente. Y como tal podría ser investigado por los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Colombia durante su Gobierno.


Decenas (quizá centenares o miles) de jóvenes colombianos fueron atraídos con falsas promesas laborales, trasladados a otras zonas del país, vendidos al Ejército, asesinados impunemente y presentados como guerrilleros (terroristas en el argot uribista). Los militares fueron premiados con ascensos, días de asueto y beneficios económicos.


Los llamados falsos positivos han sido, en realidad, ejecuciones extrajudiciales y crímenes de Estado realizados por funcionarios públicos. Los principales responsables han sido militares, desde generales a soldados pasando por oficiales y jefes, pero también están comprometidas las principales autoridades, que los han patentado o han intentado esconderlos.


El ex presidente Uribe podría ser el máximo responsable por acción u omisión y también podría estar implicado el nuevo presidente colombiano y antiguo ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.


A pesar de ser el presidente más popular de la historia de Colombia, a Uribe le ha perdido la soberbia y, sobre todo, su fascinación por el insulto. Se ha hartado de denigrar a periodistas, defensores de derechos humanos y jueces; de llamar terroristas a quienes criticaban su autoritaria manera de ejercer la política, algo muy grave en un país donde los señalamientos públicos pueden acabar en un baño de sangre.


Ha llamado mentiroso, criminal y sicario al presidente de la Corte Suprema. ¿Alguien cree que Barack Obama, Angela Merkel o José Luis Rodríguez Zapatero se atreverían a insultar públicamente a los presidentes de los Tribunales Supremos de sus países? Sería un escándalo tan mayúsculo que podría costarles el cargo. Pero Uribe ha corrompido el lenguaje y se ha desempeñado como un caudillo arrogante e intocable.


El caso Fujimori

El ex presidente peruano Alberto Fujimori también fue un intocable durante una década hasta que abandonó el poder y empezó su mala hora. Fue juzgado, condenado y encarcelado por una décima parte de los crímenes ocurridos en Colombia desde que Uribe triunfó en las elecciones de mayo de 2002.


Uribe no debería olvidar el caso Fujimori. Los falsos positivos son desapariciones forzosas, crímenes de lesa humanidad que no prescriben. Desde hace años los jueces colombianos, vituperados por el ex presidente, están investigando las atrocidades y encontrando muchas pruebas.


En la fiscalía colombiana se acumulan más de 2.000 denuncias de falsos positivos. Muchas familias de extracción pobre buscan a sus hijos desaparecidos. Los militares implicados en algunos casos descubiertos e investigados fueron tan cobardes que llegaron a presentar como un peligroso jefe guerrillero a un joven con una edad mental de nueve años.


Hace más de 20 años algunos periodistas y jueces españoles investigaron a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), responsables de desarrollar una estrategia de guerra sucia contra el grupo terrorista ETA y su entorno. Concluyeron que los GAL fueron creados y dirigidos por altos funcionarios del Ministerio del Interior del Gobierno socialista de Felipe González durante la década de los ochenta.


Durante sus cuatros años de actividad terrorista, los GAL asesinaron a 23 personas. Algunas acciones indiscriminadas costaron la vida a ciudadanos españoles y franceses sin ningún tipo de relación con ETA.


El Tribunal Supremo ordenó la encarcelación de un ministro del Interior, un secretario de Estado, dos gobernadores civiles, un jefe de la lucha antiterrorista, un general de la Guardia Civil, un secretario general del PSOE en Vizcaya y varios jefes policiales.


El Gobierno socialista hizo lo imposible por evitar que el escándalo se hiciese público y no colaboró con la Justicia. Los tribunales fueron incapaces de descubrir quién fue el verdadero jefe del GAL, al que se bautizó como señor X.


Por la prensa

Felipe González aseguró que se enteró por la prensa, pero algunos miembros del GAL le acusaron de ser el verdadero jefe en la sombra. Durante su Gobierno impidió la investigación completa de los fondos reservados con los que se habían financiado las actividades criminales de los GAL.


Las dudas sobre su verdadero conocimiento del entramado que llevó a cabo los peores crímenes de estado le han perseguido desde entonces a pesar de tener muy buenos padrinos en el mundo de la prensa, las finanzas y la política dispuestos a limpiar su currículum.


Si 23 crímenes en España y Francia consiguieron llevar a la cárcel a importantes altos cargos de aquel Gobierno y socialista, ¿cuántos funcionarios colombianos deberían ir a la cárcel por los centenares (quizá miles) de casos conocidos como falsos positivos?


¿Cuántos generales, altos oficiales, sargentos y soldados son necesarios para organizar una maquinaria criminal capaz de asesinar a centenares (quizá miles) de inocentes y hacerlos pasar por guerrilleros? ¿Cuántos ministros son responsables por acción u omisión? ¿Quién es el señor X de los falsos positivos? ¿Podría ser el ex presidente de la República, es decir, el ciudadano Álvaro Uribe?